María Elena Herrera Brandt* y Concetta Esposito de Díaz**
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El nuevo orden económico internacional está orientado a un proceso globalizador signado por una amplia apertura comercial. Ésta se traduce en importantes y significativos cambios que todos los países del mundo deben asumir en virtud de fuertes compromisos internacionales que se generan a consecuencia de ello. Se busca pasar a otro modelo que alcance el desarrollo de la competitividad y el impulso de las exportaciones no tradicionales, basado en la apertura y en la consecuente competencia con los productos importados.
Los procesos de integración, la política arancelaria, la promoción de exportaciones, la transnacionalización y competitividad entre otros, permiten que todas las transacciones externas de un país se traduzcan en una pieza clave dentro de esta nueva estrategia económica global.
El concepto de competitividad entonces, toma relevancia en el mundo actual, definiéndose ésta como la capacidad de una empresa para suministrar bienes y servicios de manera más eficaz y eficiente que sus competidores nacionales o foráneos, sin recurrir a la protección del Estado o a subsidios que éste le preste, todo ello con miras a mantenerse en los mercados, mejorando los niveles de empleo del país y su influencia en la calidad de vida de la población.
Este concepto se halla también enmarcado en consideraciones ambientales, donde el proceso de vender un bien fuera de las fronteras del país que alberga a la empresa, implica no sólo una remuneración a la mano de obra en mejores condiciones de pago y menos expuesto a riesgos y enfermedades profesionales; sino un menor daño previsible al ambiente. Es por ello que se considera a una empresa competitiva si se adoptan las condiciones ambientales como un factor determinante en la competitividad de una región o de un país.
Enfocados en esta orientación es imperativo que las economías se transformen en procura de insertarse dinámicamente en los mercados internacionales. Sobre todo, las exportaciones de los países deben caracterizarse por su flexibilidad, en razón de las inexistente frontera tecnológica, comunicacional y financiera que se observa en las relaciones comerciales entre naciones.
En los países en vías de desarrollo, la exposición creciente de las actividades productivas internas a la competencia externa es difícil afrontarla sin una preparación previa a la competencia de importaciones procedentes de otros países industrialmente más adelantados.
Para la competencia internacional la innovación y el cambio tecnológico son claves y en tal sentido, no es conveniente fundamentar el desarrollo futuro de un país casi exclusivamente en un producto primario de exportación como se observa en el caso de Venezuela. Prueba de ello es que las exportaciones totales del mundo se incrementaron más de veinte (20) veces entre 1964 y 1992 (García, 2001) donde la participación de países desarrollados en estas actividades, aumentó desde un sesenta y ocho coma uno por ciento (68,1%) hasta un setenta y dos coma cuatro por ciento (72,4%), sucediendo lo contrario con la apertura a nuevos mercados, los cuales se enfrentaron a una política de liberalización arancelaria, hasta ahora restringida, una promoción a las exportaciones y a la disposición política de adaptarse a varios proyectos de integración. Reafirma esto que hay que darle un cambio importante a aspectos como la innovación y la competitividad de las empresas, las regiones y los diferentes sectores económicos en el país.
En mercados internacionales se evidencia que para el logro de la competitividad ésta depende de diversos factores: a) los externos que influyen sobre las exportaciones de cualquier empresa o grupo de empresas, están relacionados con las características de la demanda de sus productos tanto interna como externa, que a su vez se ven afectadas por los aranceles, el transporte y fletes, los precios internacionales y nacionales y sobre todo, por la calidad. Otros factores de apoyo como proveedores de materia prima, de maquinaria y equipo y de requisitos de exportación, la forma de organizarse y las rivalidades del sector; b) los internos relacionados a los factores productivos: la disponibilidad de recursos humanos, de capital, de infraestructura (edificaciones, entre otras), el beneficio empresarial y las políticas económicas y financieras del país en cuestión.
El término competitividad fue, en principio, aplicado exclusivamente a empresas, posteriormente se le asignó el concepto a escala industrial, entendiéndose ésta como un grupo de empresas pertenecientes al mismo sector económico. La competitividad industrial ha sido analizada por investigadores del mundo y del país. Sin embargo, debe tomarse en consideración que las grandes empresas hoy en día están traspasando a las pequeñas y medianas empresas parte de sus procesos de producción que a ellas les resulta complejo asumir, en función de minimizar costos y a la poca flexibilidad de sus procesos para atender la demanda corporativa que normalmente tienen.
En ese sentido, la presente investigación se propone estudiar y realizar un análisis de las variables relacionadas con la innovación para alcanzar la competitividad internacional, que influyen en las pequeñas y medianas empresas (PyMes) del sector químico en Venezuela, específicamente en las ubicadas en la ciudad de Barquisimeto del Estado Lara, e identificar su situación actual en relación con las exportaciones que realizan, sus oportunidades para mantenerse y proyectarse en el tiempo dentro del mercado internacional así como diagnosticar los factores tanto internos como externos que afectan su competitividad en aras de conseguir su internacionalización.
Apoyados en el enfoque de Michael Porter (1990) de las determinantes de la competitividad se plantean las siguientes interrogantes: ¿disponen las PyMes de la presencia de factores productivos necesarios para abordar mercados externos?, ¿cómo son las condiciones de la demanda interna y externa, ¿cómo son sus relaciones con las empresas relacionadas y conexas?, ¿están organizadas bajo estrategias gerenciales?, ¿cómo influyen las políticas gubernamentales que les permita tener ventajas o que contribuyan a mejorar su competitividad? y finalmente ¿qué estrategias se pueden sugerir de manera que puedan mejorar.?
La metodología está basada en un diseño no experimental, de campo, de naturaleza analítica cuyo objetivo es estudiar las situaciones que presenta la población de las pequeñas y medianas empresas del sector químico formal de la ciudad Barquisimeto, Estado Lara, conformadas por siete empresas, seis de tipo pequeña y una de tipo mediana. El estudio implicó un análisis de variables basadas en el conocido “Diamante de Porter”, para identificar los indicadores que permitan mantener sus niveles de competitividad en los mercados internacionales y por ende sus exportaciones. Los instrumentos para recolección de datos fueron el cuestionario y la guía de entrevista no estructurada.* Economista, Prof. Agregado, del Decanato de Administración y Contaduría (DAC), Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, a mail: meherrerabrandt@gmail.com
** Tutora, Economista, Prof. Titular, Coordinadora de Investigación del Decanato de Administración y Contaduría (DAC), Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, mail: concettaesposito@yahoo.com