Yajaira Freites
Quimbiotec, C. A., es una empresa estatal, como tantas otras del Estado venezolano. Pero a diferencia de otras, uno de sus entes creadores, si bien estatal, es de carácter académico, el IVIC. Desde esta perspectiva, la relación IVIC-FIV-Quimbiotec conforma lo que Sutz y Casas (1998) han denominado una hélice virtual, en vista de que los tres elementos son estatales. Varias razones explicarían tal característica; una de ellas es que Quimbiotec produce bienes como los hemoderivados, que si bien son mercancía, su disponibilidad debe traducirse como parte de un bienestar social de la sociedad; pero su materia prima, la sangre no puede ser objeto de lucro. De allí que el Estado se asegurase, al delegar su monopolio de la sangre lo hiciese en una empresa que controlase. En cierta forma, el Estado venezolano no se ha comportado de forma distinta con otras materias primas, por ejemplo, el petróleo y el hierro.
La característica de una hélice virtual se da también ante falta de una contraparte privada, que en circunstancias normales debería ser una industria interesada en innovar aprovechando el interés de un organización académica como el IVIC.; pero este precisamente no es el caso de la industria farmacéutica venezolana que se caracteriza por copiar y/o explotar la elaboración de medicamentos desarrollados en otras partes del mundo; situación que en parte es estimulado por la actual ley venezolana de propiedad industrial que prohíbe el “patentar las preparaciones farmacéuticas medicinales” 19 . En consecuencia, se trata de una industria que para existir y ser medianamente exitosa no requiere de invertir en investigación y desarrollo (research and development, R&D), ni desarrollar un proceso de aprendizaje que confiera un dominio tecnológico en su campo.
Finalmente, la hélice virtual que nos ocupa existe también debido a una realidad típicamente de los países en vías desarrollo; hay una fuerte creencia en los beneficios de la ciencia, pero se desconfía hacia la ciencia que se hace en el país. Este reto fue uno de los problemas que hubo de afrontar el IVIC en su búsqueda de socios. El sector financiero privado simplemente desconfiaba de un proyecto conducido por los científicos; de allí la necesidad de darle al proyecto de la PPDS un perfil económico confiable. Este fue el papel desempeñado por el estudio de factibilidad económica realizado por el IESA. Ello posibilitó, por lo menos conseguir socios en el ámbito financiero del Estado, donde la idea de crear una industria que pudiera ahorrar divisas al país y produjese un bien mercable que satisfacía una necesidad en el campo de la salud, era mas factible que tuviese acogida.
A parte de las circunstancias antes indicada que dieron lugar a la hélice virtual de IVIC-Quimbiotec-FIV, se puede observar una paradójica situación en la cual la academia, a pesar de su papel de promotor del proyecto, puede mantenerse al margen del proceso que conllevó la creación de la interfase empresarial y la puesta en marcha de la PPDS. ¿Por qué los investigadores del IVIC se mantuvieron lejanos al proceso de transferencia de tecnología experimentado por la PPDS? Ahora intentaremos explicar como fue posible crear dos mundos paralelos.
La creación de la empresa Quimbiotec es una innovación a la luz de las experiencias y esfuerzos institucionales del IVIC de vincular la investigación de sus laboratorios con las empresas públicas y privadas y los entes del gobierno. Los directivos aprovechando la asociación política y financiera lograda para el proyecto de la PPDS, juzgaron que Quimbiotec, además de la conservación y fraccionamiento de plasma sanguíneo humano, también tendría por objeto fabricar, elaborar y comercializar “sustancias químicas, productos farmacéuticos, medicamentos, incluidos los biológicos” (Quimbiotec, 1988). La empresa creada tiene un objetivo mas amplio al dar cabida a futuros proyectos aplicados de origen biológico y químico, áreas en las cuales el IVIC tiene solvencia científica.
Para las autoridades del IVIC, Horacio Vanegas y Roberto Sánchez (1988-1992), fundadoras de Quimbiotec, la empresa representaba el enlace entre el campo de investigación y desarrollo (R&D) y la industria. Ese enlace se justificaba porque la necesidad del IVIC de crear un brazo empresarial que le permitiera: i) mostrar al país que el IVIC era capaz de aportar bienes tangibles a su desarrollo; ii) crear una fuente alterna de ingresos a la institución y iii) lograr el acercamiento y vínculo entre la ciencia y la industria, necesario para el progreso del país (Quimbiotec, 1991:2).
En consecuencia, el IVIC al crear a Quimbiotec, con una estructura independiente pero vinculada a él, logró que el proyecto original de la PPDS: i) adquiriera su propio perfil; ii) dejara de depender del presupuesto del Instituto; iii) facilitara construir la planta y iv) realizara la transferencia de la tecnología del fraccionamiento de derivados sanguíneos. Fue una innovación organizacional que hizo factible crear una industria e introducir una tecnología nueva para el país. De hecho se creo un nuevo contexto de aprendizaje tecnológico para el país (Edquist, 1997), pero habría de funcionar como un mundo paralelo al del IVIC, con vinculaciones sólo con la directiva del IVIC, una estrategia que había logrado el objetivo de que el proyecto se quedara en casa.
La existencia de Quimbiotec y su planta de hemoderivados no ha afectado la práctica de la investigación en el IVIC. Como ya se indicó la cultura científica del IVIC valoriza la investigación básica y la publicación científica. No obstante, un cierto número de investigadores, a partir de los años ochenta, realizan a la par labores de servicio y/o asesoría 20, sin recibir por ello ningún reconocimiento y/o estímulo por parte del Instituto, aunque su realización ha sido “normada y regulada” por las autoridades del IVIC (IVIC-CD, 1986). El IVIC, aún en esta faceta, se ajusta al Mode 1 descrito por Gibbons (Gibbons, et. al, 1994), siguiendo básicamente las reglas del ethos mertoniano.
No obstante se realizan asesorías y servicios, pero el motivo es de índole económico. Y constituye parte de una estrategia iniciada a mediados de los ochenta de obtener fondos adicionales para completar los presupuestos de los laboratorios, junto con aquellos provenientes del mismo IVIC y los obtenidos a través de las subvenciones con entes nacionales como el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT) y del extranjero; es una forma de capturar “dinero fresco o rápido”, sin por ello abandonar la investigación básica; facilitando el flujo de caja al laboratorio para la compra de reactivos, repuestos, algunas veces equipo menor de investigación, financiar pasantías y/o viajes de los técnicos y algunas remuneraciones extra para el personal del laboratorio. Las asesorías y los servicios se caracterizan por ser puntuales y su monto no desarticula la rutina del laboratorio, cuyo principal objetivo es la producción de conocimientos básicos publicables.
De igual manera, las investigaciones aplicadas y los desarrollos tecnológicos habidos en el IVIC, sólo son posibles si no demandan demasiadas energías de los investigadores y no ponen en peligros sus carreras académicas. El caso del NITROBAC, un caso tardío de investigación aplicada 21, mostró tanto las dificultades organizativas que el IVIC tenía para mantener la vinculación con el sector productivo, especialmente al trasladar los resultados a una escala industrial 22, como los inconvenientes en la carrera científica que debió afrontar el investigador jefe del proyecto 23.
Así que una actividad que involucrara la transferencia, adaptación y puesta en marcha de una tecnología a escala industrial como la que contemplaba la puesta en marcha de la PPDS, hubiera implicado que los investigadores del IVIC que se hubieran interesado en la transferencia, hubieran sido absorbidos por esta, en desmedro de sus actividades académicas; lo cual obviamente les llevaría a salir de la carrera científica tal como la concibe el Instituto.
Todo lo anterior muestra que la innovación institucional que constituyó Quimbiotec, no fue acompañada de cambios en las prácticas de investigación del Instituto, así como en su sistema de evaluación que llevarán a que los investigadores fueron estimulados a interesarse por los problemas de desarrollo tecnológicos y/o investigación aplicada. En consecuencia, era poco probable que hubiera candidatos, en caso que las autoridades lo hubieran solicitado, a menos que las “reglas de juego” hubiesen sido cambiadas. Sólo se hubieran atrevido a ello, los investigadores bien establecidos, situación que es solo lograda al final de la carrera, cuando pasan a titulares o son eméritos activos, tal como es el caso del investigador de Trombosis Experimental 24. Esto explicaría por qué en la práctica, ningún investigador del IVIC se mostró interesado en participar de lleno en el proceso de transferencia de la PPDS 25, aun habiendo una proporción significativa de ellos involucrados en la prestación de servicios y asesorías. En conclusión, el IVIC y su PPDS y con ello el Quimbiotec, se comportan como dos mundos paralelos, apenas ligados por sus niveles directivos, aunque en tiempos recientes hay esperanzas de que la situación cambie 26.
19 Ley de propiedad Industrial, artículo 15, apartado 1.
20 Esta actividad se ha detectado en todos los centros y departamentos del IVIC, incluso en los de ciencias sociales como antropología. Vid. Freites, 1999
21 El Laboratorio para tal fin se había creado en 1978. Este caso es objeto de otra investigación por parte del autor.
22 En 1991 el IVIC vendió la licencia de producción de NITROBAC a una empresa venezolana (IVIC, 1991: Informe Anual).
23 Se le recriminaba su baja productividad científica, su preferencia por publicar en revistas locales. Aquel alegaba que sus resultados eran de interés local, lo cual iba en contra de la cultura del IVIC, que exigía divulgar en revistas internacionales. El investigador terminó retirándose del Instituto y quien lo sucedió también debió correr con similares riesgos, aunque por corto tiempo; se logró patentar un resultado, ésta fue vendida, la planta piloto desmantelada, y el laboratorio regresó a su perfil de investigación básica.
24 Es uno de los investigadores que tiene patentes norteamericas, todas ellas con un colega de los Estados Unidos.
25 El Director del IVIC, que supervisó el proceso de transferencia, señaló que si bien en el IVIC se contaba con hematólogos, mucha capacidad instalada [de laboratorio], el Instituto había sido cerrado, salvo en “está tratando ahora de hacer Apitz, si funciona y va a ser un aporte de lVIC hacia la operación de la planta, pero de resto prácticamente ha sido casi colateral”. Entrevista con Laufer, 14/01/1999.
26 En enero del 2000 se planteó una modificación de los Estatutos de IVIC. Se introdujo la cláusula de que los investigadores podían dedicar una parte de su tiempo a la realización de actividades de servicios, asesoría y tecnológicas. El año anterior (1999) este aspecto fue largamente debatido. En la reforma, se propuso como uno de los mandatos explícitos del Instituto es el hacer desarrollo tecnológico creando para ello una unidad específica. (Observación participante del autor).