ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea)
Fuente: Google Analytics (Feb 01 - Feb 28, 2023)
Durante los 28 días del mes de febrero fuimos visitados por 71.649 usuarios, lo que significó un incremento cercano al 27% respecto al mes de enero. El 22% de los usuarios que nos visitaron en febrero son de México, el 15,8% de Brasil, 15% de Colombia, 11,2% provinieron de Ecuador y 8,5% se originaron en Venezuela. El 27,5% restantes vinieron del más de 50 países del mundo entero.
En general, la estructura de los artículos científicos está conformada por seis elementos o apartados básicos: introducción, metodología, resultados, discusión de resultados, conclusiones y finalmente, las referencias bibliográficas, a través de los cuales, y de manera organizada, se comparte y difunde la información científica a los lectores interesados.
Aun cuando todos estos apartados tienen su importancia, el corazón de toda investigación son los resultados obtenidos, los cuales, naturalmente, deben tener correspondencia con los objetivos propuestos, dar respuestas a las preguntas de investigación o respaldar o negar las hipótesis planteadas al inicio del artículo científico.
Los resultados, que se escriben en tiempo pasado, deben presentarse de forma ordenada y concisa para facilitar su seguimiento por parte de los lectores. Se debe evitar repetir en esta sección información relativa a los métodos usados para la obtención de estos, así como información de soporte que ya debió estar incluida en la introducción del manuscrito.
Se debe procurar organizar los resultados de modo que no sean repetitivos; en muchos casos no es necesario reportar todos los cálculos y números obtenidos rescatando solo aquellos que son pertinentes, pues los datos en bruto pueden ser siempre presentados en anexos. Lo anterior no significa esconder datos negativos o que no respaldan las hipótesis en juego o las conclusiones presentadas. Por el contrario, los resultados negativos pueden ser útiles al momento de la interpretación de los hallazgos de la investigación y también para orientar futuras investigaciones.
Las figuras, tablas o gráficas son elementos que facilitan la presentación de los resultados, no obstante, es recomendable no usarlos en forma excesiva. Al mismo tiempo, se debe ser cuidadoso en la información que acompaña a estos recursos, tales como su numeración e identificación, uso correcto de ejes, escalas, símbolos, entre otros, y cuidar que las abreviaturas utilizadas estén debidamente explicadas al pie.
En el apartado de resultados los autores presentan de manera objetiva lo que se encontró en la investigación realizada, es decir, los hallazgos logrados de acuerdo a los objetivos planteados, sin interpretación alguna, pues, en la siguiente sección del manuscrito, discusión de resultados, es donde expone la explicación precisa del significado que tienen esos hallazgos y cuáles son sus implicaciones de cara a lo que la literatura científica reporta sobre el tema sujeto a investigación. Se trata de contrastar esos resultados obtenidos con otros hallazgos producto de investigaciones precedentes y determinar, a partir de ese análisis, la novedad de esos resultados o si refutan o complementan las ideas vigentes sobre el tema tratado.
Otro asunto para cuidar es evitar la repetición de la discusión de los resultados en las conclusiones del artículo. Si bien es cierto que los resultados, su discusión y las conclusiones están estrechamente relacionados, no son lo mismo. El contenido de las conclusiones está regido por lo propuesto en la introducción, es decir, por los objetivos planteados, por las preguntas sugeridas o las hipótesis de trabajo. En las conclusiones se verifica el cumplimiento o no de estos, soportando los argumentos esgrimidos por los resultados obtenidos; también en ellas se suele presentar posibles áreas débiles o limitaciones de la investigación y lo que significan los resultados encontrados y sus implicaciones para el futuro de la investigación en el campo estudiado, sobre las novedades que aportó el estudio y, si es posible, presentar nuevas propuestas para pesquisas futuras.
Solo en el mes de febrero, el artículo titulado Influencia del ambiente áulico en la motivación de los estudiantes para el aprendizaje de un curso de análisis de alimentos, cuyos autores son Arnulfo Terón, Antonio Díaz y Antistio Alviz, pertenecientes a la Universidad de Cartagena, Colombia, recibió 52 resoluciones exitosas a partir del DOI.
Esta investigación aborda la influencia del ambiente áulico en la motivación y el rendimiento académico. Para ello los autores realizaron un estudio descriptivo-cuantitativo, de dos ambientes áulicos (motivado y no motivado), utilizando un instrumento de evaluación tipo Liker de 15 dimensiones, de escala unipolar de criterios numéricos, de (1) a (5). Los estudiantes motivados, obtuvieron mayor rendimiento académico promedio que los no motivado, encontrando diferencias estadísticamente significativas. Concluyen que un ambiente áulico motivante facilita obtener alto rendimiento académico.
Las profesoras María del Carmen Álvarez (Universidad de Cantabria) e Isabel Del Arco (Universidad de Lleida), ambas de España, se plantearon tener una visión panorámica de la investigación sobre Redes Sociales Digitales (RSD) y centros educativos en los seis últimos años, para luego dar pautas para orientar futuros estudios y usos de las RSD en tales centros. Para ello revisaron 28 artículos (en inglés, español y portugués), de ellos 21 pertenecientes al ámbito de la educación y el resto a la salud, la psicología y la sociología.
Siendo un tema de altísima actualidad e interés mundial, los editores de la Revista Espacios escogieron a Redes Sociales Digitales (RSD) y escuelas: revisión sistemática de la literatura científica (2017-2022)como el artículo del mes. Sus resultados son más que interesantes: según los artículos estudiados, los jóvenes utilizan mayormente la RSD para uso personal, incluso dentro de los centros educativos.
Las autoras destacan el rol pasivo en 18 estudios de los analizados por parte de los centros. “La gran mayoría de estudios experimentales se han centrado en los efectos de la RSD y su uso a nivel personal y es la escuela el ecosistema por excelencia donde encontrar a la población objeto de estudio, ya que la mayoría de los usuarios son jóvenes adolescentes”.
Las investigadoras recomiendan implementar una alfabetización mediática para incidir en el pensamiento crítico de los jóvenes hacia el uso de las redes sociales. Además, dicen, hace falta un trabajo consciente acerca de las posibilidades y límites de las redes sociales por parte de los centros educativos, por un lado, asumiendo un rol activo, promoviendo el máximo desarrollo de la competencia digital de profesorado y alumnado y, por el otro, aprovechando las posibilidades que las RSD permiten para potenciar la identidad digital, la gestión y la comunicación.
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