Antonio Hidalgo (*)
RESUMEN
Las teorías más recientes sobre pensamiento estratégico enfatizan conceptos como outsourcing, competencias esenciales y lean management cuya implantación en las empresas conducen a una situación en la que el núcleo central de la misma va reduciendo progresivamente su dimensión, aumentando paulatinamente el número de funciones que la empresa realiza tratando de optimizar los recursos del entorno. De acuerdo con estas tendencias puede hablarse de una empresa en la que lo inmediatamente tangible y directamente controlable por la Dirección se va reduciendo, mientras que un creciente número de funciones aparecen dispersas en múltiples núcleos de actividad que configuran una realidad empresarial próxima a lo "no tangible", en definitiva, a lo virtual. La empresa virtual, por tanto, se constituye mediante una red de funciones independientes unidas, fundamental-mente por la información. En este artículo se pretende analizar el tratamiento que, en una empresa de estas características, puede tener la función de la "gestión de la innovación" y plantear un modelo básico de dicha gestión fundamentado en las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la información. |
ABSTRACT
The most recent theories on strategic thought focus concepts such as outsourcing, essential competence and lead management, whose implementation in corporations lead to a situation in which the main nucleus reduces progressively, while the number of functions developed by the institution increases steadily in order to optimize the enviroment resources. According to these trends we can be talking about a company that is reducing its dimension in perceptible way, while a growing amount of functions appear splitted in different activity centers that configurate an entreprenurial reality close to «non perceptible». Deffinitely, this means virtual reality. The virtual corporation, therefore, is constituted by a net of independent functions linked basically throught information. This article intends to analyze the treatment that could be given in such a company to the «innovation performance» and tries to present a basic model for this activity, based on the opportunities given by the new information technology. |
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Hasta hace pocos años, las dos principales virtudes empresariales estaban caracterizadas por la calidad y la asistencia al cliente. Sin embargo, en la actualidad han sido sustituidas por dos nuevas acciones: la orientación al cliente y la flexibilidad en la gestión de la organización. Ambas características coinciden con una época de cambio en la que han perdido su significado las programaciones rígidas a medio/largo plazo, y en la que es conveniente afrontar la competencia en los mercados internos y asumir el reto de la competencia a nivel internacional. Dicho de otra forma, hay que adaptarse con rapidez a la realidad.
Pero existe una pregunta que puede catalogarse de apasionante: ¿cómo será la competencia en el próximo futuro?. La competencia en el futuro no estará basada entre productos ni entre negocios, sino entre empresas (Hamel y Prahalad, 1994). Las razones para afirmarlo son varias: en primer lugar, porque la responsabilidad de la competencia debe estar en las propias organizaciones y no en unidades de negocio entendidas individualmente, que pueden producir una competencia no deseada entre unidades de la propia empresa. En segundo lugar, porque las competencias que son necesarias para acceder a las nuevas oportunidades, así como las inversiones y el tiempo requeridos para su construcción, exceden normalmente los recursos propios de una unidad de negocio.
Aceptando como punto de partida que el entorno en el que se desarrolla hoy la actividad empresarial es altamente competitivo, y que existen unos factores de presión muy visibles, entre los que pueden destacarse el estrechamiento de los márgenes, la globalización del mercado y el papel preponderante de la tecnología, resulta un imperativo de carácter estratégico para afrontar la competencia futura revisar la concepción actual de los negocios y tratar de perfeccionar las organizaciones de manera que cada función específica maximice su contribución al resultado global asegurando el mayor valor añadido a los clientes. Por estos motivos son necesarios cambios fundamentales, en particular, la transformación de las organizaciones y la manera cómo se emprenden los negocios. Al primero de ellos es al que se va a hacer referencia en este artículo.
Una de las principales aportaciones realizadas sobre las líneas básicas de cambio en relación a la concepción convencional de las organizaciones y de los negocios, se fundamenta en el razonamiento de que ante las dificultades para responder, de forma casi diaria a los cambios de los mercados y de adivinar hacia dónde tenderá la demanda, se considera una buena política de gestión empresarial la concentración. Es decir, en mayor medida que identificar y desarrollar nuevos productos, en identificar y desarrollar las competencias básicas que permitan a la organización superar a sus competidores (Hamel y Prahalad, 1991).
Alrededor de esta teoría empieza a conceptuarse la nueva empresa o empresa virtual, que es aquella que construye sus estrategias alrededor de un conocimiento muy profundo de un número no muy elevado de competencias que constituyen el núcleo duro de su negocio, y cuyo principal activo ya no es el capital sino los recursos humanos y la información. De acuerdo con esta caracterización, la empresa virtual delegará en individuos u organizaciones externas aquellas funciones de negocio en las que no han decidido explotar sus competencias clave, si bien dichas funciones deben ser esenciales para estas organizaciones externas que procurarán aportar el mayor valor añadido a la empresa virtual.
La empresa virtual estará compuesta a nivel estructural por los siguientes elementos:
A este tercer elemento se le conoce como outsourcing y puede afectar tanto a las rutinas de carácter organizativo como a los procesos internos y su gestión (Loh y Venkatraman, 1992). Su valor estratégico deriva de su aplicación a procesos críticos del negocio como: logística, servicio al cliente, gestión y mantenimiento del sistema de información, gestión de la tecnología, administración, etc.
Si hasta hace muy poco tiempo la principal dificultad para la creación de la nueva empresa residía en que las condiciones tecnológicas necesarias para eliminar las jerarquías tradicionales no existían, el cambio de paradigmas tecnológicos está posibilitando la transformación de la organización, pues con las nuevas tecnologías, básicamente las de información, están surgiendo las nuevas metas organizacionales (Caston y Tapscott, 1995). Analizando, por tanto, las nuevas características tecnológicas se puede definir el contexto organizativo de la empresa virtual, tal y como se expresa gráficamente en la Figura 1.
Figura 1.
Caracterización organizativa de la empresa virtual a
partir del nuevo paradigma tecnológico (Elaboración propia).
Aspecto TECNOLOGICO | Aspecto ORGANIZATIVO |
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