Espacios. Vol. 15 (2) 1994

El caleidoscopio de la competitividad.

The Kaleidoscope of Competitive

Geraldo Muller *


RESUMEN

En el presente artículo se discute el concepto de competitividad desde una perspectiva económica y sociocultural y se propone un “mapa de la competitividad” que intenta describir el contexto en que ocurre y se estructura la competitividad.

ABSTRACT

The present article discusses the concept of the competitivity from an economist and social-cultural perspective and a “chart of competitivity” is proposed to try to describe the context in which occurs and how its structured.

Contenido


1. Concepto. Caleidoscopio y mapa.

Hay palabras que adquieren el don de ser extremadamente precisas, específicas, y, a la vez, extremadamente genéricas, sin límites; altamente operativas y mensurables, al mismo tiempo que son sumamente abstractas y extensas. Sin embargo, en cualquiera de los casos, tienen el privilegio de forjar conductas y perspectivas, y, como herramientas de evaluación, de influir en la vida práctica. Una de estas palabras mágicas es “competitividad”. Quizás una manera de comprender la magia de esta palabra es distinguirla de otra: “competencia”.

Se puede entender la competencia como una parte de la lucha económica, y la capacidad para la competencia como el proceso que desemboca en la rivalidad entre los grupos de vendedores. Se podría, por lo tanto, distinguir la competencia de la competitividad si consideramos esta última como el conjunto de habilidades y condiciones requeridas para el ejercicio de la competencia. La competencia sería el resultado de, e incluido en, la competitividad.
Esto podría ser una explicación sino existiera una perspectiva globalizadora del resultado y del proceso. Pues se puede entender la competencia como un proceso de enfrentamiento de “varios capitales, o sea, de las unidades de poder de valorización y de expansión económica que la propiedad de capital confiere”. La competencia debe ser considerada “como parte integral , inseparable del movimiento global de acumulación de capital”. Es, por lo tanto, “el motor básico de la dinámica capitalista” (Possas, 1985: 174). Además, el enfrentamiento de capitales ocurre en el mercado, definido como el lugar de la competencia capitalista.

Competencia y competitividad serían, desde esta perspectiva, intercambiables. Una cuestión de preferencia. La palabra competitividad no sería más que un término que está de moda. O como la define un diccionario español de economía: “competitividad – cacofónico término introducido en los años 80, por capacidad para competir, especialmente en los mercados exteriores. En inglés: competitiveness”, lo cual sugiere que se trata de un término exclusivamente económico, equivalente a competencia. (Tamanes, 1988).

Aunque se puede entender que el “movimiento global de acumulación de capital” incluye todas las esferas de la sociedad capitalista, y de esta manera estaría resuelta la cuestión que queremos tratar, faltaría tener una visión integrada de la competencia para entender las nuevas preguntas abordadas por varios autores contemporáneos, que consideran la competitividad desde una perspectiva singular.

Se puede separar con precisión competencia y competitividad, o juntarlas por medio de la acumulación global de capital “lo que podría ayudar bastante para entender la polisemia que actualmente caracteriza la palabra competitividad, si hubiera este cuadro de referencia. En todo caso, después de examinar parte de la voluminosa bibliografía disponible sobre el tema, se llega a la conclusión que vale la pena presentar algunas de las distintas conceptualizaciones existentes, indicar sus implicaciones, y contrastarlas con los hechos. Nuestra idea es que se puede contar, realmente, con un mapa de la competitividad y no con un determinado concepto de validez general.

Se puede entender mejor la competitividad mediante un mapa, o una red de conceptos articulados, cuyo objetivo es igual a cualquier definición de este término, o sea, de conquistar, mantener y ampliar la participación en los mercados. Se trata de un mapa que se asemeja a un caleidoscopio; a un conjunto ordenado y flexible de conceptos que se puede adaptar a los intereses y objetivos de las personas que desean utilizarlo. Y, como un caleidoscopio, el mapa sirve para innumerables fines: presenta un territorio y sus caminos, y los incógnitos que acompañan los caminos parcialmente conocidos, pero sin proveer los elementos específicos para el examen de problemas particulares. Para estas situaciones, hay que elaborar el concepto adecuado.

* Investigador de la Universidad Estadal Paulista (UNESP), Recinto de Río Claro, Departamento de Planificación Regional, en Brasil.

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