Leopoldo A. Paredes *
El estado venezolano, en contrapartida a la política de sustitución de importaciones, ha declarado su interés en llevar a cabo un programa de Reconversión Industrial (PRI), con el firme propósito de aumentar la competitividad del sector industrial como opción de enfrentar retos tanto del mercado nacional como internacional. Enmarcada en este contexto, la Ley de Crédito Público ha contemplado la cantidad de 12.335 millones de bolívares para apoyar la implementación del PRI como sigue: 2.000 millones para FINEXPO; 230 millones para reorganizar y modernizar el sistema aduanero; 270 millones para reformas institucionales en el Ministerio de Fomento y el Instituto de Comercio Exterior; 100 millones para financiar asistencia técnica del Banco Mundial y 9.658 millones para ayudar a financiar nuevas inversiones y optimizar las empresas elegibles a través del FONCREI-CORPOINDUSTRIA y FINTEC (12).
Por su parte, el Consejo Venezolano de la Industria (CONINDUSTRIA), ha identificado y propuesto un conjunto de doce (12) lineamientos que deberían ser tomados en cuenta para darle viabilidad de impacto al PRI. Estos son: (13)
1. Aplicación del Enfoque de Reconversión Industrial: La integración (industrial y su medio) es un lineamiento básico de reconversión, lo cual implica territorialmente y por tanto, un abordaje por región donde se pueda atacar el proceso en su conjunto. Este enfoque hace descansar el principal peso del proceso sobre los líderes locales, quienes asumirán la responsabilidad de motorizar la Reconversión, en todos los entes industriales y de soporte mediante el desarrollo de los sub-programas asociados a dichos entes, promoviendo así polos de desarrollo, sin que ello colide con la declaración de prioridades sectoriales.
2. Selectividad Sectorial y Regional para las Prioridades de Reconversión, su Incentivación y Soporte: Toda la industria (sectores y regiones) gozará del apoyo general al proceso de Reconversión. No obstante, se declararán sectores prioritarios, en función de la capacidad demostrada de Reconversión, de la necesidad de la misma y de éxito potencial en términos de los criterios establecidos al respecto (Generación/ahorro de divisas, generación o preservación de empleo, efectos estratégicos colaterales, etc.)
3. Desarrollo de Obras de infraestructura para generar empleos y fortalecer el Soporte Competitivo: La experiencia internacional en materia de Reconversión, y más cuando se desarrolla dentro de una crisis como la actual de Venezuela, elimina temporalmente puestos de trabajo, mientras se logra los efectos de la exportación. En virtud de que, por otra parte, se requiere la ejecución de obras para mejorar la infraestructura soporte en forma sustancial, la dedicación de una parte importante del presupuesto nacional a dichas obras generará empleo temporal y se resolverán ambos problemas.
4. Promoción e incentivación a las Inversiones Extranjeras Complementarias: La industria nacional en términos generales se encuentra endeudada (en muchos casos con el exterior) y por otra parte no cuenta con una experiencia exportadora ni tiene canales externos de distribución. Por tanto, unas reglas claras que induzcan a un clima de confianza, harían de Venezuela una oportunidad para el ingreso de capital, tecnología complementaria y aporte de canales de comercialización externa. Todo ello y en lo posible por medio de empresas de capital mixto y además sería un estímulo para el establecimiento de las industrias denominadas “maquila”.
5. Dedicación de Recursos Financieros y Soporte Técnico al programa de Reconversión: El funcionamiento del programa de Reconversión no es una inversión masiva en sistemas productivos de tecnología de vanguardia, sino más bien el uso inteligente y racional de paquete industrial existente, por lo menos en las primeras etapas de la Reconversión; se requiere recursos financieros para ayuda en materia de equipos complementarios, asesoramiento para la racionalización organizativa, de mercado y producción, así como los adecuados incentivos que permitan la penetración de mercado, sin violar las normas internacionales al respecto. Por lo tanto, se utilizarán las ayudas de los organismos multilaterales, así como los fondos presupuestarios y convenios de asistencia para el desarrollo de este proceso.
6. Desarrollo y Aplicación de un Sistema Nacional de Información Competitiva, Especialmente Externo: Para reconvertirse a la competitividad, tanto desde el punto de vista de un sector como de una empresa en particular, se requiere dar respuesta apropiada entre otras, a las siguientes preguntas: ¿Contra qué y quién se va a competir? ¿En qué aspecto ya somos competitivos? ¿En qué otros no lo somos? Ello, a fin de poder realizar la adaptación y determinar su factibilidad o no. Por lo tanto, esta estrategia plantea el diseño de un sistema de información sobre mercado, producto y competidores, el cual sea alimentado por diversas vías, incluyendo los servicios exteriores de Venezuela, especialmente los agregados comerciales, así como el acceso a Banco de información.
7. Desarrollo e Implantación de un Sistema Nacional de Certificación de Experticia Profesional: La experticia y el conocimiento, requiere de esfuerzo prolongado de profundización y especialización, el cual induce al reconocimiento, la recompensa económica, cada vez mayor y al orgullo y satisfacción profesional.
El establecimiento de un sistema de certificación de la experticia profesional en niveles de perfeccionamiento, dará el impulso de preparación para alcanzar posiciones superiores y mejor remuneradas y facilitará la competitividad al inducir el conocimiento profundo de los procesos y oficios.
8. Apoyo a la Reconversión Industrial por medio de las Políticas Sociales anunciadas por el Gobierno y Concertación con los Trabajadores al respecto: La crisis económica y la disminución de la demanda, junto con la inflación y la drástica disminución del poder de compra, está creando una presión social importante. La Reconversión de la industria y especialmente la de las empresas y organismos públicos y del Estado en general, creará temporalmente nuevo desempleo.
Las políticas y programas sociales anunciados deberán coordinarse con el proceso de Reconversión para mitigar el impacto y aprovechar la oportunidad para emprender procesos de reciclaje profesional, mediante formación intensiva, para luego transferir al proceso productivo los excedentes de recursos humanos actualmente existentes en diversos entes y empresas.
9. Profundización del Plan Nacional Educación-Industria a cargo de FUNDEI: Los países que han logrado el desarrollo en épocas anteriores y la Reconversión dentro de la nueva Revolución Industrial, han contado con una total coordinación y cooperación, entre el sistema educativo profesional y técnico y los sectores productivos. Estos últimos, como laboratorios de aprendizaje, actualización y experimentación del proceso formativo; igualmente, la empresa ha dispuesto de la capacidad de análisis y solución de problemas tecnológicos en los centros educativos. La estrategia aquí planteada permitirá reorientar las carreras y la matrícula educativa, a lo que realmente se necesita, convirtiendo en más productivo un contingente considerable de profesores, alumnos e investigadores, cuyo esfuerzo estará orientado a soportar eficazmente el proceso de Reconversión a la competitividad.
10. Incentivación y Apoyo a Procesos de Reagrupamiento y Cooperación Interempresas para la Competitividad y la Explotación: La debilidad de algunas empresas y su incapacidad competitiva por razones de masa crítica o procesos desarticulados, puede impedirles por sí sola, un proceso de reconversión a la competitividad. Esta estrategia de soporte y asesoramiento para la cooperación interempresa, consiste en facilitar la tramitación y apoyar financiera y tecnológicamente, mediante los incentivos generales y otros especialmente de reconversión, dichas empresas. Esto incluirá la captación de socios tecnológicos, la formación de “Tradings” para la comercialización externa y el apoyo y difusión por medio de las embajadas de Venezuela en el exterior.
11. Utilización de Experiencias acumuladas y de los Instrumentos Normalizados para el Proceso Específico de Reconversión: La Reconversión de una empresa específica se encuentra con los obstáculos de metodología, experticia y enfoque para llevarla a cabo, pues en muchas oportunidades los responsables de las empresas dominan sus operaciones actuales, pero no poseen el”“Know how” para abordar el proceso sobre bases acertadas.
Según la experiencia de otros países, la consultoría juega un papel fundamental en el proceso de Reconversión. Esta estrategia, plantea el uso de metodologías normatizadas y empresas/organismos consultores registrados y calificados sobre el uso de las mismas, que facilite y abarate la reconversión. Al efecto, se usará los convenios de ayuda bilateral y con los organismos multilaterales, que se ocupan de dar asistencia y financiamiento al afecto.
12. Reorganización/Profundización de la Acción Gremial y su rol en la Reconversión: Dentro del concepto de que el enemigo en competitividad está en el exterior, en la acción gremial-empresarial y en los demás capos, deberá profundizar su acción orientadora en la formación del nuevo empresario, profesional, técnico, etc. Será por tanto, un ente divulgativo, formativo, de apoyo, de concertación entre sub-sectores y sectores con información y orientación eficaz.
Al efecto, se reconvertirá el movimiento empresarial-industrial, según el enfoque matricial (región/sectores), y se dotará de los órganos técnicos para realizar los estudios, análisis y seguimiento de los programas que se requerirán.
La acción gremial deberá promover a través de medios idóneos de comunicación, la nueva actitud hacia el conocimiento, la productividad y calidad, así como la incentivación a la misma, con programas como: la productividad compartida y el código de ética y deontología empresarial y cada gremio la de su profesión, que contribuya eficazmente a la calidad total y al afianzamiento de los valores nacionales.
A manera de conclusión preliminar puede derivarse que, el Estado venezolano ha decidido apoyar el PRI, implementando un conjunto de instrumentos financieros y medidas de políticas colaterales; mientras que el sector empresarial privado ha iniciado, simultáneamente, un conjunto de acciones dirigidas a participar activamente a través de las cámaras de industriales regionales, mediante la concertación de instituciones educativas y los centros de investigación y desarrollo. Todo lo cual habrá de redundar en una mayor y mejor viabilidad de las múltiples expectativas planteadas con relación a la reconversión industrial.
No obstante, se hace necesario advertir que la falta de información acerca de los alcances y matices del verdadero significado de este proceso, está contribuyendo a generar malentendidos en el ámbito empresarial y, que como tal, la aparición natural de resistores tradicionales no se ha hecho esperar para crear una atmósfera de oposición al respecto. Por esta razón, consideramos conveniente y necesario destacar algunos planteamientos complementarios que habrán de contribuir a clarificar dichos malentendidos. Estos se exponen a continuación: (14)
En un primer nivel de análisis pudiéramos decir que el PRI consiste en la utilización de los recursos que tiene una empresa y/o sector para aumentar suproductividad y calidad en función de aumentar la competitividad, entendiendo por esta última la posibilidad real de la empresa y/o sector de permanecer operando en el mercado. De aquí se desprende que el objetivo o propósito fundamental del PRI consiste en ajustar los sistemas de producción de la industria nacional a las nuevas condiciones de competencia que tendrán que enfrentar, tanto en el mercado interno como en el internacional.
La idea es que la industria venezolana sea capaz de competir exitosamente con la industria de otros países más desarrollados donde se lleva a cabo un incesante proceso de innovación y cambio tecnológico. Esto supone la necesidad de aumentar la productividad de la industria nacional. Así, el PRI implica un esfuerzo de innovación tecnológica y de perfeccionamiento en la organización, diseño y fabricación de nuevos productos.
En un segundo nivel de análisis, y entrando ya en un campo de mayor detalle, el PRI lo podríamos definir como un esfuerzo temporal que se propone adaptar la industria nacional a las crecientes condiciones de competencia que ofrece la economía mundial.
Y esto se logra a través de la conformación de un aparato productivo con altos niveles de productividad, óptima calidad, buenos precios, atractivos diseños y presentación del producto, funcionalidad de los mismos, y una eficiente organización administrativa y comercial que, entre otras cosas, se traduzca en una oportuna entrega del producto. En este sentido, el PRI resulta ser un proceso temporal de modernización tecnológica, productiva y organizativa de las empresas, cuya actuación se orienta hacia áreas tales como:
1. La modernización técnico-comparativa. Para ajustar los tamaños de las plantas con vistas a: a) alcanzar escalas competitivas de producción; b) promover el desarrollo tecnológico en productos y procesos; y, c) ajustar las nóminas de empleados y obreros a los requerimientos reales de la empresa.
2. Capacitación gerencial. toda vez que la productividad de la planta en muchos casos es muy baja, debido fundamentalmente a fallas de gerencia entre las cuales se destacan: falta de coordinación, mala ubicación de las máquinas, exagerados tiempos de parada, ausencia de sistemas de planificación y control de materiales, en fin, problemas de organización, programación, control de producción, mantenimiento, mercado, etc., que conspiran contra la eficiencia y competitividad de la empresa.
3. Saneamiento financiero. El endeudamiento excesivo conspira contra la competitividad de las empresas debido al fuerte impacto que este fenómeno tiene sobre los costos, sobre todo en las actuales condiciones en que las tasas de interés han sido considerablemente elevadas en función de compensar el efecto erosivo que la inflación ejerce sobre el ahorro. Esto emplaza a las empresas sobreendeudadas a realizar una adecuada capitalización con la idea de superar la penalización de costos que están sufriendo debido a un exagerado endeudamiento.
4. Programación de nuevas inversiones. En la medida en que se recupere el mercado interno y se conquisten mayores espacios en el mercado internacional, la capacidad instalada de la industria nacional tenderá a ser plenamente aprovechada, lo cual implica la necesidad de programar y ejecutar nuevas inversiones de ampliación de la capacidad instalada, además de las llamadas a modernizar y renovar la estructura técnico-productiva de la empresa.
Otro aspecto que es necesario aclarar se refiere al alcance o cobertura del PRI. Ciertamente, el énfasis de este proceso se concentra en las transformaciones que debe llevar a cabo la industria para elevar su productividad, calidad y competitividad. La manera casi incisiva como se han cuestionado los altos precios e inferior calidad de buena parte de los productos nacionales, en comparación con los que muestran los productos importados, ha provocado en los empresarios nacionales una actitud defensiva que los lleva a proyectar la responsabilidad de esa situación en factores ajenos a la empresa, tales como la ausencia de políticas claras y permanentes, los intrincados trámites burocráticos, la mala calidad de los servicios públicos, los problemas de infraestructura, etc. que indudablemente penalizan la calidad y costo de producción que tiene la industria nacional.
Sin embargo, esta innegable realidad ha servido como excusa para encubrir la cota de responsabilidad que también tiene la gerencia en la baja eficiencia y efectividad de la empresa. Se trata ahora de reconocer y ponderar justamente la importancia que tienen tanto los factores externos como los internos en la productividad, calidad, rentabilidad y competitividad de la industria nacional. Y esto significa que si el gobierno no termina de aplicar importantes medidas para elevar la eficiencia del entorno -marco macroeconómico, servicios públicos, infraestructura, etc.-, se corre el riesgo de que los avances que logra la empresa en función de fortalecer su competitividad se perderán, toda vez que los mismos chocarán con una serie de trabas insalvables.
Desde esta perspectiva, el proceso de reconversión trasciende al sector industrial para alcanzar una dimensión nacional. Dicho de otra forma, no es solamente la industria la que debe reestructurarse, renovarse y modernizarse, sino todo un país: desde la fuerza de trabajo que debe ser reentrenada, hasta las políticas que definirán el contexto institucional en el que se va a desenvolver la actividad industrial, y el cual debe propiciar la competencia y competitividad del aparato productivo interno.
Así como el Gobierno debe entender que para elevar la competitividad de la industria no basta con reestructurar, renovar y modernizar la misma, sino que también hay que erradicar del medio ambiente en la que ésta opera todos aquellos rezagos e ineficiencias que penalizan la productividad, calidad y rentabilidad de la industria, también los empresarios deben comenzar por reconocer la cuota de responsabilidad que tienen a la hora de garantizar una producción eficiente de bienes manufacturados.
En otras palabras, la reconversión también es un problema de actitud mental. Para su éxito, es imprescindible que los empresarios estén conscientes de la nueva realidad que vive Venezuela. De lo contrario, jamás llegarán a asumirla ni a tomar las medidas necesarias para permanecer en el mercado. En nuestro caso, este cambio de actitud es fundamental, debido a que muchos empresarios aún se mantienen anclados en la Venezuela del modelo irracional de sustitución de importaciones, a pesar de la apertura externa que significa la reforma comercial.
Esto implica comenzar a preocuparse por el precio y calidad de sus productos, por las tendencias internacionales, precisar las fuerzas más competitivas a nivel mundial, estudiar los mercados, el impacto de los cambios tecnológicos, etc. En definitiva, el PRI requiere un cambio de actitud que nos haga comprender que el Estado protector ha desaparecido, inaugurando una nueva etapa en nuestra historia económica la cual estará signada por una creciente competencia y competitividad de los productos importados. Y a estas nuevas circunstancias habrá que adaptarse a través del PRI, lo cual se traducirá en la articulación de un parque industrial capaz de competir en calidad y precios tanto en el mercado interno como en el internacional.
La estructura económica mundial se apoya cada vez más en la asimilación de los grandes avances que tienen lugar en el capo de la actividad científica como tal. No obstante, en economías como la venezolana, donde el desarrollo científico-técnico aún no se asume con carácter de prioridad, resulta tremendamente difícil el aprovechamiento productivo y comercial de los descubrimientos científicos, en gran medida porque ni siquiera estos últimos llegan realmente a producirse debido precisamente a la falta de apoyo que tiene la actividad científica y tecnológica de nuestro país.
La complejidad de este proceso pone de manifiesto una importancia cardinal, sobre todo cuando consideramos la intensidad con la cual los países altamente industrializados convierten las invenciones en hechos económicos o innovaciones y las difunden a todo lo largo de una cadena productiva.
Es así como se desata una serie de mejoras sucesivas en los diferentes productos y procesos que apuntalan un incremento considerable de la productividad, la cual permite reducir los costos de producción y hacer más competitiva una determinada actividad económica. En tales circunstancias, uno de los fenómenos claves dentro de un PRI radica, justamente, en la urgencia de implementar eficaces políticas que permitan transformar, rápidamente, los resultados de la actividad científica y tecnológica de los centros de investigación y desarrollo en hechos económicos realmente exitosos y competitivos, tanto en el mercado interno como en los internacionales.
Obviamente, tales políticas implican la necesidad de aprovechar la capacidad con la que el país dispone en materia de investigación y desarrollo; y, a mismo tiempo, destinar importantes recursos a la instalación de nuevas capacidades. Es necesario entonces superar el tradicional divorcio que ha existido entre las instituciones que desarrollan una importante actividad científica y el aparato productivo interno. Las causas de este divorcio las encontramos en los prejuicios que han alejado a ambas partes a la hora de abrirle paso a una integración plena y altamente provechosa. Por un lado, los centros de investigación generalmente se desentienden de las implicaciones empresariales y de mercado que indudablemente subyacen en su actividad. Por el otro, la visión de los industriales está obnubilada por su interés de ver los resultados en el corto plazo y le conceden poca importancia al desarrollo científico y tecnológico que, como es sabido, arroja sus primeros resultados en el mediano y largo plazo.
12. El Universal. “Programa de Reconversión Industrial Centrado en la PIMI”. Caracas, 08-07-1991.
13. Tomados del trabajo de la Ingeniero: García, Denys: “La Reconversión Industrial en Venezuela: Sector metalmecánico del Estado Zulia; “Trabajo presentado en la maestría en Planificación y Gerencia de G y T - FEC-LUZ. Octubre, 1990.
14. Estos importantes planteamientos han sido tomados textualmente del trabajo de Alvarez Rodríguez, Víctor; “Reconversión Industrial y Reindustrialización en Venezuela”. IV Congreso de Economistas de Venezuela, s/fecha.