ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista Espacios – Vol. 45, Nº 5, Año 2024 • Sep-Oct
PEÑA-TRONCOSO S. et al. «Programas de acceso a la educación superior para el fortalecimiento de la
formación inicial docente en Chile ¿Posibilidades o talento pedagógico?»
1. Introducción
La Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), durante los últimos años, ha sido la vía de ingreso oficial a
la educación superior en Chile (Díaz et al., 2019). No obstante, se ha observado que la aplicación de esta prueba
estandarizada reduce las posibilidades de ingreso de los estudiantes a la universidad en virtud de su origen
socioeconómico y del tipo de establecimiento de origen (Contreras et al., 2007; Garrido et al., 2015; Kremerman,
2007; OCDE, 2009). Es por ello que, actualmente existen muchas dudas respecto de la efectividad de este
instrumento como mecanismo de selección (Arias et al., 2016; CIPER Chile, 2011).
El sistema de admisión universitario continúa manifestando serios problemas de sesgo en la selección, referidos
a atributos no necesariamente académicos, asignando una indebida importancia a factores socioeconómicos
familiares o de capital cultural que, como tendencia histórica, es expresión de la profunda segregación del
sistema educativo nacional (Garcés et al., 2021; Jarpa-Arriagada & Rodríguez-Garcés, 2017).
En los últimos años, las universidades del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH), han
incorporado otros mecanismos de ingreso, como el Ranking de Notas y los programas propedéuticos, sin
embargo, el principal mecanismo de selección sigue siendo la PAES (Durán, 2019; Palominos et al., 2018).
No obstante, a partir de la Ley 20.422 de inclusión a la educación superior (2010), diferentes universidades
chilenas (Universidad de Chile, Pontificia de la Universidad Católica de Chile, Universidad Católica de la Santísima
Concepción, Universidad de la Serena, Universidad de Magallanes), han incorporado a su política de acceso,
programas de inclusión educativa. Esta forma de selección ha permitido que estudiantes de sectores vulnerables
accedan a la educación superior de acuerdo con su desempeño académico en contexto y a partir de programas
de acompañamientos académicos y socio afectivos. Pese a las medidas nombradas anteriormente, hay que
considerar que uno de los problemas que enfrenta Chile en la Formación Inicial Docente (FID) tiene que ver con
que las carreras de pedagogías no gozan de prestigio, por tanto, los estudiantes no toman esta opción como
proyecto de vida (Cabezas y Claro, 2011).
Ante esta problemática y las nuevas políticas públicas de inclusión, el año 2015 se implementó el Programa de
Vocación y Talento Pedagógico (PVTP), el cual entabló convenios con liceos de la Provincia de Llanquihue y
Osorno, para seleccionar estudiantes que se encuentren en el 30% superior a su cohorte, con buen desempeño
en contexto y que tuvieran la motivación de ser futuros profesores.
Durante los últimos gobiernos de Chile, existe una preocupación en cuanto a que los estudiantes talentosos,
independientemente de su condición económica, puedan acceder a la educación terciaria (Faúndez et al., 2017).
Sin embargo, a pesar de las políticas que han incrementado el aporte del estado a la educación superior, sigue
existiendo una segregación y discriminación hacia los estudiantes vulnerables (Murillo y Garrido, 2020). En esta
línea, Espinoza et al., (2009) señalan que de un 100% de ingresos de estudiantes a la educación superior, sólo
14,7% pertenece a los sectores más pobres de Chile. Estos datos dan cuenta que los adolescentes, en situaciones
de riesgo, perciben menos apoyo de su redes (Orcasita y Uribe, 2010), y que por lo general, cuentan con padres
con escaso capital escolar, influyendo esto en las relaciones que mantienen con sus hijos (Román, 2013).
Desde esta mirada, la vulnerabilidad educativa es entendida como “el conjunto de condiciones (materiales y
simbólicas, de orden objetivo y subjetivo) que debilitan la relación de escolarización de un alumno” (Román,
2010). En este sentido, cabe mencionar que la vulnerabilidad educativa no tiene un origen monocausal, y no
debe ser concebida como el producto de una secuencia lineal de acontecimientos. En esta línea, la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), (2009) señala siete factores que permiten predecir el bajo
nivel escolar en relación con la desventaja social: pobreza, pertenencia a una minoría étnica, familias inmigrantes
o sin vivienda adecuada, desconocimiento del lenguaje mayoritario, tipo de escuela, lugar geográfico en que
viven y falta de apoyo social. Al respecto, podemos señalar que los estudiantes de la provincia de Llanquihue
cumplen con ciertos factores anteriormente señalados, ya que provienen de sectores rurales, tienen ascendencia
Mapuche Huilliche y muchos de ellos, viven en condiciones de pobreza.