ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista Espacios – Vol. 45, Nº 5, Año 2024 • Sep-Oct
GARCIA A. et al. «Estilos de aprendizaje y rendimiento académico en estudiantes de Administración de
Empresas, Enfermería e Ingeniería Ambiental de la Universidad de Cundinamarca Seccional Girardot,
Colombia»
meticulosidad y la imparcialidad; y la Experimentación Activa, enfocada en la materialización de conceptos,
independientemente de su validación empírica (Kolb & Kolb, 2009). Kolb enfatiza que este ciclo varía entre los
individuos, derivando en distintos estilos de aprendizaje: el Adaptador, que sintetiza la Experiencia Concreta con
la Experimentación Activa; el Convergente, que integra la Conceptualización Abstracta con la Experimentación
Activa; el Divergente, que une la Experiencia Concreta con la Observación Reflexiva; y el Asimilador, que vincula
la Conceptualización Abstracta con la Observación Reflexiva (Kolb, 1984). Estos estilos se caracterizan por sus
particulares atributos cognitivos, comportamentales y de interacción, delineando las preferencias de aprendizaje
de cada individuo.
Los individuos con inclinación al estilo Adaptador son aquellos que buscan constantemente desafíos y participan
activamente en actividades grupales novedosas, privilegiando la dimensión emocional por encima del
razonamiento analítico (Kolb y Kolb, 2005). En contraposición, aquellos con preferencia por el estilo Divergente
exhiben apertura mental y destrezas sociales significativas, beneficiándose de la generación de conocimientos a
través de la interacción social y el contexto cultural (Kolb y Kolb, 2005). Por otro lado, los individuos con un estilo
Asimilador muestran menor proclividad a la sociabilidad en escenarios de aprendizaje y enfatizan la lógica y
validez conceptual, abordando el aprendizaje mediante la administración de amplios volúmenes de información
y la abstracción teórica (Kolb y Kolb, 2005). Finalmente, los sujetos con un estilo Convergente tienden a trabajar
de manera autónoma, aplicando de manera efectiva teorías y modelos en la construcción del conocimiento,
mostrando habilidad para resolver problemas de índole técnico (Kolb y Kolb, 2005).
Siguiendo esta línea conceptual, Honey y Mumford (1986) se inspiraron en el modelo de Kolb para formular un
sistema de evaluación de estilos de aprendizaje, identificando cuatro estilos que se corresponden con las etapas
descritas por Kolb. Estos estilos son: el Activo, equivalente a la experiencia concreta; el Reflexivo, análogo a la
observación reflexiva; el Teórico, comparable a la conceptualización abstracta; y el Pragmático, en paralelo con
la experimentación activa. Estos delinean los rasgos y predisposiciones dominantes de los individuos en el
proceso de aprendizaje. Los individuos Activos se caracterizan por su participación espontánea y entusiasta en
nuevas situaciones (Honey y Mumford, 1986). Los Pragmáticos revelan un interés marcado por la utilidad y la
exploración de ideas prácticas (Honey y Mumford, 1986). Los Reflexivos se destacan por su observación
meticulosa y ponderación profunda antes de sacar conclusiones, resaltando su paciencia y capacidad de
indagación (Honey y Mumford, 1986). Finalmente, los Teóricos se concentran en la síntesis y el análisis crítico de
las observaciones, otorgando gran importancia a las teorías y modelos lógicos y sistemáticos (Honey y Mumford,
1986).
2. Metodología
El estudio presente se adscribe al paradigma de la investigación no experimental. Se trata de una indagación en
la que las variables de interés, a saber, los estilos de aprendizaje y el rendimiento académico, son intrínsecas y
no manipuladas, observándose los sujetos en una sola instancia temporal. Conforme a Salkind (1998), esta
metodología investigativa no busca intervenir activamente en las variables ni indagar en las relaciones de
causalidad entre ellas. Los estilos de aprendizaje, que constituyen la variable independiente, no se encuentran
bajo el dominio de los investigadores, debido a que o bien ya han acontecido o por su propia naturaleza son
inmanejables (Kerlinger & Lee, 2002). El abordaje cuantitativo de la investigación es de índole descriptivo-
correlacional, con el propósito explícito de describir las peculiaridades de las variables involucradas y analizar la
conexión que existe entre estas. Se considera descriptivo porque persigue el fin de detallar los rasgos específicos
de un grupo de individuos en función de una o varias variables. Es, asimismo, correlacional, ya que su aspiración
radica en detectar y cuantificar la vinculación entre dos o más variables (Hernández, 2006).