ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista Espacios – Vol. 45, Nº 3, Año 2024 • May-Jun
GUILLÉN Y. et al. «Explorando el enfoque de género en la educación universitaria dominicana: percepciones
y actitudes del profesorado»
profesión docente como entidad vehicular, requiere de competencias fundamentales para llevar a cabo su labor
con éxito, no obstante, los educadores tienen una doble misión. En primer lugar, ser docente e impartir el
currículo académico así como, todas los tareas a realizar, desde clases magistrales, tutorías, evaluaciones,
investigaciones y todas las demás cuestiones que no se mencionan. En segundo lugar, el profesorado tiene el
deber ético y moral de ser un modelo para el alumnado y toda la comunidad, por ello debe adoptar una conducta
impecable porque existe una sociedad la cual se convierte en espectadora y en muchas ocasiones suscita critica
de la labor docente. En tercer lugar, debe reciclarse continuamente porque eso le va a dotar de competencias
que ayudaran en la formación integral del alumnado.
El rol docente refiere el desafío de cultivar la sabiduría, el pensamiento crítico, práctico y creativo, alimentando
la congruencia entre pensar, decir y hacer, como señalan Pérez-Gómez & Soto-Gómez (2021), por ello, los
educadores requieren de competencias para responder a retos que abordan nuevos métodos pedagógicos que
necesitan marcos de acción. Son los docentes en gran medida, determinantes en el proceso de formación de los
estudiantes quienes, con sus gestos, expectativas, comportamientos, contribuyen a que el currículo oculto y el
régimen de género de una institución se hagan efectivos.
Las universidades aportan espacios en los que se aborda el enfoque de género, autores como Buquet (2011),
definía estas instituciones de educación superior como lugares relevantes para la generación del conocimiento
crítico sobre las distintas formas de desigualdad social entre los sexos. Así como Barrientos et al. (2022),
mencionan que en la formación docente existe la posibilidad de desarrollar competencias en las que el docente
en formación incorpore la perspectiva de género y temáticas que aluden la diversidad sexual a la enseñanza. No
obstante, hay que considerar que la construcción de estos espacios suponen una difícil tarea, por los posibles
obstáculos institucionales, que se oponen a la incorporación de estudios sobre el abordaje de las percepciones
de género o de otros enfoques que sugieren desigualdades sociales. Así, el enfoque de género en la educación,
forma parte de ese reciclaje, aunque es una temática que no se trata igual en todas las latitudes del mundo, el
profesional docente trata en sus clases de promover un espacio educativo inclusivo. Miralles-Cardona et al.
(2020), aluden el abordaje de la igualdad de género como una finalidad común y no solo tratar este enfoque en
occidente, también en todos los paises del mundo como estrategia para lograr una perspectiva de género, así se
considera realizar un análisis en la implementación del enfoque de género en todos los procesos formativos.
1.1. Políticas nacionales en materia de igualdad
Las políticas de igualdad de género están basadas en normativas y legislación que son adoptadas por las naciones
para configurar equidad entre hombres y mujeres. A partir de las políticas de igualdad de cada país y desde esa
premisa gubernamental, se configuran políticas o planes específicos como sucede con las políticas educativas
que se centran en el abordaje del enfoque de género. La igualdad para las mujeres es un derecho que dista de la
cultura androcéntrica como sucede en la contexto dominicano, así está implantado de alguna forma en su
organización social, por ello corresponde a la mitad de la población compuesta por mujeres determinar el
derecho a la igualdad con el resto de la población.
Desde el contexto dominicano, la Carta Magna describe el derecho a la igualdad en el cual expresa en su Artículo
39 “todas las personas nacen libres e iguales ante la ley…sin ninguna discriminación por razones de género, color,
edad…”(Constitución República Dominicana, 2015). Aunque la declaración de Beijing de 1995 no tenía
una vinculación con la República Dominicana, se debe mencionar que sí asumió el compromiso del país para
salvar la brecha de desigualdad de género. Para ello se plantea, desde el Ministerio de la Mujer, la proyección de
los Planes estratégicos, Planes operativos anuales y los informes trimestrales como mecanismo de Política