Vol. 40 (Nº 39) Año 2019. Pág. 25
FIERRO, Washington R. 1; MAYORGA, Amalín L. 2; CUMBE, Dorys M. 3; MACERO, Reina M 4 y CLAVIJO, Enma A. 5
Recibido: 26/04/2019 • Aprobado: 07/11/2019 • Publicado 11/11/2019
RESUMEN: El objetivo de la presente investigación se centra en determinar los estilos de socialización parental en los adolescentes de la Unidad Educativa Liceo Cevallos; para ello, la metodología utilizada se fundamenta bajo un enfoque cuali-cuantitativo acompañada por una investigación bibliográfica y de campo, donde la población se estructuró por un total de 106 estudiantes. A partir de ello y como principales hallazgos se pudo determinar que los estilos que mayormente se observa en estos adolescentes son los estilos: autoritario en octavo, indulgente en noveno y autorizativo en décimo de educación básica superior. |
ABSTRACT: The objective of this research is to determine the styles of parental socialization in adolescents of the Liceo Cevallos Educational Unit; for this, the methodology used is based on a qualitative-quantitative approach accompanied by bibliographical and field research, where the population was structured by a total of 106 students. From this and as main findings we could determine that the styles that are mostly observed in these adolescents are the styles: authoritarian in eighth, indulgent in ninth and authoritative in tenth of higher basic education. |
Actualmente, las familias presentan una multiplicidad de realidades en relación a sus estructuras, funciones, límites y roles de sus integrantes. Así pues, durante las últimas décadas, han tenido que vivir y sobrellevar profundas trasformaciones, catalogado por algunos autores, como una auténtica revolución familiar (Meza y Páez, 2016). Las familias en tanto constituyen sistemas conformadas por una red de relaciones, cuya interacción permite satisfacer necesidades psicológicas y biológicas para la supervivencia y conservación de la especie humana, además constituyen un pilar indispensable en la vida psíquica de cada una de las personas (Paladines y Quinde, 2015). De esta manera, la familia como tal es el principal responsable de la estabilidad emocional de sus integrantes, tanto en la niñez como en la etapa de adultos, pues no existe otra instancia social similar que logre reemplazar la satisfacción de las necesidades psicoafectivas (Alonso, 2016).
En este sentido, el rol principal de las familias es la socialización de sus nuevos integrantes, pues es en este núcleo donde se adquieren diferentes habilidades cognitivas, emocionales y sociales para interpretar la realidad que permita un adecuado desenvolvimiento dentro de la sociedad (Suárez y Vélez, 2018). Desde hace tiempo el concepto de estilos parentales ha sido utilizado con amplitud en diferentes estudios que buscaron determinar las consecuencias de la socialización familiar sobre el desarrollo mismo en infantes y adolescentes (Capano, González y Massonnier, 2016).
Bajo este contexto, la socialización parental se refiere a una serie de procesos que tienen lugar dentro de la familia para inculcar a los más pequeños del hogar un sistema específico de reglas, valores y creencias. Este tema de estudio tiene una larga tradición en el análisis de la familia como entorno de desarrollo para niños y adolescentes (Paz, 2015). Por lo que, aunque las contribuciones clásicas han sido esenciales en torno a este tema, en la actualidad se están realizando contribuciones con mayor relevancia, que proporcionan una perspectiva más precisa de las prácticas de socialización y, en particular, de su evaluación (Mendizábal y Anzures, 1999; Navarro y Pastor, 2018; Oliva, 2006).
Existe una amplia gama de instrumentos para evaluar el comportamiento educativo de los padres; sin embargo, dentro del presente estudio fue necesario aplicar la “Escala de socialización parental en la adolescencia” (ESPA29) el mismo que fue diseñado por Musitu y García en el año 2001, instrumento que se encuentra respaldado por un enfoque teórico sólido fundamentado en los modelos tradicionales de crianza (Musitu y García, 2004). En este instrumento, sus inventores analizan la socialización parental basada en las percepciones de los adolescentes sobre las reacciones de sus padres en 29 escenarios distintos. Donde se presenta 13 situaciones positivas en las que los adolescentes se comportan de forma apropiada de acuerdo con las expectativas de los padres, mientras que los 16 ítems restantes presentan situaciones negativas en las que los adolescentes desobedecen o se comportan de forma inapropiada. A partir de ello, para cada situación positiva, los adolescentes deben calificar la frecuencia de las prácticas de afecto de los padres y la indiferencia; mientras que, para cada situación negativa, los adolescentes deben calificar la frecuencia de los padres dentro de las prácticas de razonamiento, desapego, regaño verbal, castigo físico, y revocar privilegios (Musitu y García, 2004). Este instrumento proporciona el análisis de la socialización de los padres desde dos perspectivas de análisis: 1) punto de vista dimensional y 2) punto de vista tipológico (Lara, Álvarez e Hidalgo, 2016).
A partir de ello, el objetivo del presente manuscrito se enfoca en determinar los estilos de socialización parental en los adolescentes de educación básica superior de la Unidad Educativa Liceo Cevallos de la ciudad de Ambato realizando un estudio de campo; es decir, haciendo un levantamiento de información directamente con los involucrados y procesando dicha información.
La socialización se define como el proceso mediante el cual se forman las actitudes, el comportamiento y los valores de un individuo, como respuesta a la influencia de otros individuos y a las instituciones sociales a las que se encuentran expuestos. Dada la capacidad de los padres de influir en el comportamiento de sus hijos, la familia constituye uno de los agentes de socialización más importantes (Riquelme, García y Serra, 2018).
La importancia de la relación padres e hijos radica en el proceso de transmisión de conocimientos culturales relevantes, habilidades y comportamientos adecuados, de forma que los padres constituyen una fuente de protección, apoyo, consejo, diversión y disciplina en la vida de sus hijos, la relación entre padre e hijo entre distintas familias difiere en el nivel de calidez que se otorga y se recibe, de manera que esta relación dual tiene un efecto sobre el desarrollo emocional y social de los niños. Así, por ejemplo, un niño está más sujeto a receptar y aceptar mensajes como “sé amable con tu hermana” antes que órdenes que impliquen el uso de un lenguaje negativo (Laible, Karahuta, Stout, Van Norden e Interra, 2018).
Además, dadas las distintas personalidades, los padres difieren en el nivel de afecto, calidez y apoyo que brindan a sus hijos, actitudes que potenciarán o no esta relación dual, el nivel de calidez otorgada incide en la identificación de los hijos hacia los padres, en tanto el apoyo es capaz de crear una adecuada percepción de sí mismos (Jadán et al., 2019). En la relación padre e hijo existen algunos puntos clave a tomar en cuenta para el correcto desarrollo emocional y social de los hijos, así un buen nivel de comunicación contribuye a la formación de un lazo emocional más fuerte, promoviendo la expresión de pensamientos y sentimientos y formando así empatía; por su parte, si los padres procuran ser cálidos y brindan apoyo a sus hijos, estos procuran imitarlos y muestran mayor apertura hacia la socialización y, en lo que se refiere a la disciplina y el control, los padres que practican un estilo de disciplina inductivo o proactivo obtienen mejores resultados que aquellos que promueven un estilo reactivo (castigos) (Laible et al., 2018).
De acuerdo con Nanu y Nijloveanu (2015) el estilo de paternidad o estilo de socialización parental es un clima emocional en el cual los padres crían a sus hijos. En esta misma línea, Aymerich, Musitu y Palmero (2018) manifiestan que los estilos de paternidad pueden ser definidos como “una constelación de actitudes hacia los hijos, las cuales de manera conjunta crean un clima emocional en el cual se pone de manifiesto el comportamiento de los padres”. A su vez, la socialización parental se compone de dos dimensiones: respuesta y demanda.
La primera dimensión se denomina también eje de aceptación - implicación y hace referencia al nivel de apoyo, apego y al amor, los padres que se muestran más amorosos y abiertos tienen un mayor grado de aceptación en la crianza de sus hijos y forman hijos más seguros. Por otro lado, los padres que son menos receptivos forman hijos con una imagen personal inferior a la del resto y un menor sentido de moralidad (López, 2014).
Mientras que, la segunda dimensión se conoce como eje de severidad – imposición y toma en consideración factores como la hostilidad, la rigidez, el control y las restricciones impuestas por los padres hacia los hijos. Dentro de esta dimensión, las prácticas positivas son aquellas que incluyen un nivel de control constante combinado con cierto nivel de independencia, es decir un ambiente en el cual se definen límites claros y se promueve un ambiente sano donde los hijos sean capaces de expresar sus emociones con respeto, desarrollando así su confianza y su habilidad de enfrenarse al mundo exterior (Stan, 2014). Asimismo, existen prácticas negativas que se pueden dar dentro de la segunda dimensión, estas se refieren a la indiferencia y la disciplina brutal por parte de los padres, mismas que causan ansiedad, frustración e inseguridad en los hijos, afectando su autoestima y la manera en la que se relacionan con su entorno.
Por otro lado, existen cuatro estilos de socialización parental, estos son: indulgente, autoritativa, autoritaria y negligente. En primer lugar, el estilo indulgente está relacionado a un menor nivel de severidad y un alto nivel de afecto. El estilo autoritativo se asocia a un alto nivel de respuesta y un alto nivel de demanda, esto es altos niveles de calidez emocional, apoyo, involucramiento y comunicación de expectativas de una manera firme, democrática y transparente. En tercer lugar, el estilo autoritario tiene bajos niveles de respuesta y altos niveles de demanda; es decir, se asocia a una disciplina estricta caracterizada por bajos niveles de calidez emocional, reglas no transparentes y falta de apoyo. Finalmente, el estilo negligente consta de un escaso nivel de afectividad con pocos niveles de control (Guyer et al., 2015; Riquelme et al., 2018).
Durante la niñez el estilo que los padres adopten en la crianza de sus hijos representa un eje clave en su proceso de socialización. Se ha demostrado que, si en la relación padre e hijo se promueve un mayor nivel de severidad, los niños tienen una tendencia hacia la agresión, son emocionalmente inestables, ansiosos y muestran dificultad al momento de acatar órdenes de otros, además de tener una autoimagen inadecuada (Loudová y Lašek, 2015).
En lo que atañe al rendimiento de los niños, los distintos estilos de socialización parental influencian el éxito académico de los niños. Puesto que la familia representa el primer ambiente social y educativo, el nivel de conciencia en las prácticas educativas de los padres y el nivel de involucramiento tendrán un impacto en su futuro intelectual, social y emocional. El nivel de involucramiento de los padres puede ser descrito en términos de comportamiento, patrones, prácticas y la participación de los padres en las actividades escolares, los padres que exhiben un alto nivel de severidad y no tienen muestras de cariño con sus hijos limitan su desarrollo, haciendo que su rendimiento sea bajo, mientras que los niños que sienten el cariño y cuentan con el apoyo de sus padres son más susceptibles a obtener mayores calificaciones (Porumbu y Necşoi, 2013; Stan, 2014).
En la etapa de la adolescencia Cava, Buelga y Musitu (2014) sugieren que la socialización parental representa un factor determinante de su desarrollo psicosocial influyendo así en su autoestima, la forma en que estos se relacionan con su entorno, su salud mental y su rendimiento académico.
Pese a que no existe una teoría única que señale cuál es el mejor estilo de socialización parental, varios estudios sugieren que el estilo autoritativo está asociado a un desarrollo positivo en la juventud, mientras otros aluden que si el estilo de crianza es indulgente los adolescentes tienen un mejor autoconcepto y un mayor ajuste psicológico, este último toma en consideración factores como el nivel de hostilidad, de adecuación al entorno, la estabilidad emocional, y el punto de vista del entorno que le rodea, en tanto la implicación afectiva de los padres contribuye al adecuado desarrollo emocional de sus hijos (Fuentes, García, Gracia y Alarcón, 2015).
Por otra parte, Schroeder y Mowen (2014) manifiestan que cambios en el estilo de paternidad están relacionados con cambios en el comportamiento de los adolescentes, de forma que el estilo de socialización parental no puede ser considerado como una constante, en otras palabras, si un padre tiene un determinado estilo de crianza durante la etapa de la niñez, éste puede estar sujeto a cambios en la etapa de la adolescencia. Estas variaciones se dan especialmente en la dimensión de demanda, por cuanto los niveles de control aumentan en esta etapa. Así, si el estilo de socialización parental cambia de autoritativo a negligente existe un aumento en la tendencia delictiva de los adolescentes.
Por último, la métrica utilizada en el análisis de los estilos de socialización parental es la denominada Escala de Socialización Parental (ESPA), esta escala fue diseñada para personas de entre 10 y 18 años, sin embargo, la mayor parte de estudios se realizan en el caso de los adolescentes y ha sido aplicada en distintos países entre los que se puede mencionar a Estados Unidos, España, Portugal, Italia Y Brasil.
La escala de aceptación – implicación toma en cuenta el grado en el que los sujetos de análisis perciben a sus padres como involucrados y cálidos, mientras que la escala de severidad – imposición mide el grado de severidad, regulación y control de los padres. Para ello, la ESPA considera cuatro tipologías para su medición, de manera específica esta herramienta evalúa el comportamiento de los padres en situaciones concretas y representativas de la vida familiar (Martínez, Cruise, García y Murgui, 2017).
En primer lugar, la escala mide la aplicación de siete prácticas de socialización, esas son: calidez, indiferencia, argumentos, desapego, regaños, castigos físicos, y el revocamiento de privilegios. Esas prácticas luego constituyen las dos dimensiones de socialización: respuesta y demanda. Posteriormente, los cuatro estilos de socialización parental se construyen a partir de los puntajes obtenidos en las dos dimensiones. Esto es observable en la figura que se muestra a continuación:
Figura 1
Tipologías de socialización parental
Fuente: Adaptado de Musitu, G. y García, F. (2015) “ESPA29.
Escala de estilos de socialización parental en la adolescencia”
El enfoque de investigación dentro del presente estudio fue de carácter mixto; es decir, cuali-cuantitativo, cualitativo porque se hizo un acercamiento hacia las características de la población investigada (adolescentes del nivel de educación básica superior de la Unidad Educativa Liceo Cevallos) describiendo las causas que originaron la presencia de fenómeno problemático; y cuantitativo, porque se aplicó un instrumento psicológico (ESPA29) que permitió obtener datos reales de los adolescentes involucrados en torno a este problema que posteriormente fueron analizados a través del empleo de la estadística.
Por otro lado, en relación a la modalidad de investigación fue necesario desarrollar una investigación bibliográfica y de campo; debido a que, en primera instancia, se procesó la información recabada en fuentes de información secundarias, es decir, investigaciones realizadas con anterioridad, libros, revistas, entre otros documentos, los mismos que fueron procesados en su totalidad escogiendo información relevante que se encuentra descrita a lo largo del presente documento, mientras que posterior a ello, se aplicó el instrumento seleccionado a la población conformada por los estudiantes del nivel de educación básica superior de la Unidad Educativa Liceo Cevallos de la ciudad de Ambato.
Finalmente, en cuanto al alcance del estudio, éste se centra en un nivel descriptivo; dado que, permitió conocer la situación real de los involucrados a través de la descripción de actividades mediante la recogida de información por la aplicación de instrumento diseñado (Hernández, Fernández y Baptista, 2014). En este caso, el instrumento apropiado para realizar esta actividad fue la Escala de ESPA29.
La población de la presente investigación se encuentra estructurado por 106 estudiantes pertenecientes al nivel de educación básica superior; es decir, según el Ministerio de Educación corresponde a 8vo, 9no y 10mo de la Unidad Educativa Liceo Cevallos, al ser manejable el número de estudiantes para la aplicación del instrumento de investigación no será necesario obtener ningún tipo de muestreo. A continuación, dentro de la tabla 1, se detalla la población total de estudiantes.
Tabla 1
Población objeto de estudio
Población |
Frecuencia |
Porcentaje |
|
Estudiantes de Educación Básica Superior de la Unidad Educativa Liceo Cevallos |
8vo |
35 |
33% |
9no |
35 |
33% |
|
10mo |
36 |
34% |
|
Total |
|
106 |
100% |
Fuente: Base de datos de la
Unidad Educativa Liceo Cevallos
Como se detalló en el apartado anterior, la población objeto de estudio fueron los adolescentes de la Unidad Educativa Liceo Cevallos, específicamente aquellos que actualmente se encuentran cursando el nivel de educación básica superior a quienes se les aplicó el instrumento ESPA29 encontrando los siguientes resultados en torno a los estilos de socialización parental que presentan los mismos:
Tabla 2
Análisis descriptivo de los Estilos de
Socialización Parental en los adolescentes
Población |
Octavo |
Noveno |
Décimo |
||||
Estilos de Socialización Parental |
Frecuencia |
Porcentaje |
Frecuencia |
Porcentaje |
Frecuencia |
Porcentaje |
|
Madres |
Autoritario |
17 |
49% |
8 |
23% |
8 |
22% |
Autorizativo |
8 |
23% |
9 |
26% |
15 |
42% |
|
Indulgente |
7 |
20% |
15 |
43% |
10 |
28% |
|
Negligente |
3 |
9% |
3 |
9% |
3 |
8% |
|
Total |
35 |
100% |
35 |
100% |
36 |
100% |
|
Padres |
Autoritario |
18 |
51% |
6 |
17% |
11 |
17% |
Autorizativo |
8 |
23% |
11 |
31% |
14 |
39% |
|
Indulgente |
6 |
17% |
13 |
37% |
6 |
31% |
|
Negligente |
3 |
8% |
5 |
14% |
5 |
14% |
|
Total |
35 |
100% |
35 |
100% |
36 |
100% |
Fuente: Elaboración propia a partir de la
investigación de campo desarrollada
Los resultados obtenidos en el octavo año de educación básica superior son los siguientes: en relación a las madres, cerca de la mitad de adolescentes evaluados presentan un estilo de socialización parental autoritario, mientras que casi un cuarto de la población en estudio presenta un estilo autorizativo; asimismo, más de la mitad de un cuarto presentan un estilo indulgente y finalmente menos de la mitad de un cuarto presenta un estilo negligente (ver figura 2). Por otro lado, en relación a los padres, más de la mitad presentan un estilo de socialización parental autoritario, mientras que cerca de un cuarto presenta un estilo autorizativo; asimismo, un poco más de la mitad de un cuarto presenta un estilo indulgente y finalmente, un porcentaje mínimo presenta un estilo negligente (Ver figura 2).
Figura 2
Resultados de los adolescentes de 8vo año
Fuente: Elaboración propia a partir de la investigación de campo desarrollada
Bajo este contexto, los adolescentes del octavo año de educación básica superior presentaron estilos autoritarios; es decir, una baja aceptación/implicación y una alta coerción/imposición. Estos padres con frecuencia, no ofrecen razones cuando emiten órdenes, son los que menos estimulan las respuestas verbales y el dialogo ante las transgresiones y son muy reticentes a modificar sus posiciones ante argumentos de los hijos (Musitu y García, 2015).
Por otro lado, en cuanto se refiere a los adolescentes del noveno año de educación básica superior su comportamiento es el siguiente: en relación a las madres, más de la mitad de dos cuartos de adolescentes evaluados presentan un estilo de socialización parental indulgente, mientras que un poco más de un cuarto presentan un estilo autorizativo, asimismo menos de un cuarto presentan un estilo autoritario y finalmente menos de la mitad de un cuarto presenta un estilo negligente (ver figura 3). Por otro lado, en relación a los padres, un poco más de la mitad de dos cuartos de adolescentes evaluados presentan un estilo de socialización parental indulgente, mientras que más de un cuarto presenta un estilo autorizativo, asimismo cerca de un cuarto presenta un estilo autoritario y finalmente, más de la mitad de un cuarto presenta un estilo negligente (Ver figura 3).
Figura 3
Resultados de los adolescentes de 9no año
Fuente: Elaboración propia a partir de
la investigación de campo desarrollada
En este sentido, los adolescentes del noveno año de educación básica superior presentaron estilos indulgentes; es decir, una alta aceptación/implicación y una baja coerción/imposición. El prototipo de madre/padre indulgente es el que intenta comportarse de una manera afectiva, aceptando los impulsos, deseos y acciones del hijo, además consulta con ellos las decisiones internas del hogar y les proporcionan explicaciones de las reglas familiares (Musitu y García, 2015).
Finalmente, los resultados obtenidos en los adolescentes pertenecientes al décimo año de educación básica superior revelan que: en relación a las madres, más de la mitad de dos cuartos de adolescentes evaluados presentan un estilo de socialización parental autorizativo, mientras que un poco más de un cuarto presentan un estilo indulgente, cerca de un cuarto presentan un estilo autoritario y por último menos de la mitad de un cuarto presenta un estilo negligente (ver figura 4). Asimismo, en relación a los padres, casi la mitad de dos cuartos de adolescentes evaluados presentan un estilo de socialización parental autorizativo, mientras que más de un cuarto presenta un estilo autoritario, mientras un poco menos de un cuarto presenta un estilo indulgente y la mitad de un cuarto presenta un estilo negligente (Ver figura 4).
Figura 4
Resultados de los adolescentes de 10mo año
Fuente: Elaboración propia a partir de la investigación de campo desarrollada
Con estos antecedentes, los adolescentes del décimo año de educación básica superior presentaron estilos autorizativos; es decir, una alta aceptación/implicación y una alta coerción/imposición. Estos padres son aquellos que se esfuerzan en dirigir actividades del hijo, pero de una manera racional y orientada en el proceso, estimulan el dialogo verbal y comparten con el hijo el razonamiento que subyace a su política; valoran tanto los atributos expresivos como los instrumentales, las decisiones autónomas y la conformidad disciplinada (Musitu y García, 2015).
Figura 5
Resultados generales de los adolescentes de educación básica superior
Fuente: Elaboración propia a partir de la investigación de campo desarrollada
De forma general, la figura 5 resume el comportamiento que han presentado los adolescentes involucrados en el estudio donde los estilos que sobresalen o tienen mayor impacto en éstos son: a nivel de octavo año, el estilo autoritario es el que ostenta mayor porcentaje tanto en madres como en padres, mientras que a nivel de noveno año, el estilo indulgente es aquel que sobresale en cuanto a su porcentaje. Finalmente, a nivel de décimo año, el estilo autorizativo es el de mayor presencia entre los adolescentes evaluados.
Los resultados arrojados en este estudio revelan que los estilos comúnmente aplicados en los adolescentes evaluados son los estilos: autoritario (8vo año), indulgente (9no) y autorizativo (10mo). Cada uno de estos estilos presenta un comportamiento diferente de sus padres; por ejemplo, los padres del estilo autoritario son generalmente indiferentes a las demandas de apoyo y atención de los hijos, utilizan con menos probabilidad el refuerzo positivo, y se muestran indiferentes ante las conductas adecuadas de sus hijos. Los hijos adolescentes educados en estos ambientes buscan normalmente, los refuerzos positivos inmediatos puesto que sus valores son fundamentalmente hedonistas y han aprendido a obedecer a las fuentes de autoridad y poder más que a las de la razón (Musitu y García, 2015).
Los padres del estilo indulgente, actúan con sus hijos como si se tratasen de personas maduras que son capaces de regular por sí mismas su comportamiento, y limitan su rol de padres a influir razonadamente en las consecuencias que tienen sus comportamientos negativos. Los hijos de estos hogares son los que más sólidamente internalizan las normas del comportamiento social (Pérez, 2013).
Finalmente, los padres del estilo autorizativo muestran un equilibrio en la relación con sus hijos entre la alta afectividad con el alto autocontrol y entre las altas demandas con una comunicación clara sobre todo lo que se exige del hijo. Científicamente está comprobado que los adolescentes formados en estos hogares suelen presentar mejor competencia y desarrollo social, autoconcepto y salud mental (Quinga, 2016).
Tras analizar los distintos resultados que pueden tener los cuatro estilos de aprendizaje durante la adolescencia, García, Serra, Zacarés y García (2018) manifiestan que, en el caso de España, los adolescentes provenientes de familias con un clima familiar indulgente mostraron un nivel de autoestima mayor al de aquellos provenientes de familias autoritativas, mientras que los adolescentes cuyos padres aplicaban un estilo autoritario o negligente exhibieron niveles más bajos de aceptación hacia sí mismos y su entorno, mostrando así que la combinación entre altos niveles de aceptación junto con bajos niveles de severidad representa un estilo parental adecuado.
De forma similar, para el caso brasileño, Pereira, Schwartz, Roth, Macarena y Pascoal (2014) estudian la respuesta de los adolescentes a los distintos estilos de socialización parental y encuentran que gran parte los adolescentes que presentan algún tipo de inconveniente son aquellos que manifestaron vivir en un ambiente familiar marcado por prácticas negativas, relacionadas con prácticas paternales inadecuadas.
Otro punto a tomar en cuenta en los años de adolescencia es la influencia de las relaciones personales fuera del entorno familiar, Miller y Dunsmore (2016) señalan que durante esta etapa los padres y los amigos tienen un impacto similar en el desarrollo emocional y social de los adolescentes. A diferencia de la relación entre padres e hijos, la amistad entre adolescentes supone un estilo similar de poder por lo que propicia un ambiente de confianza y de expresión libre, donde se socializan sus emociones, de forma que la repuesta de los padres ante un determinado comportamiento puede ser distinta a la de sus amigos. De ahí que considerar a las amistades como un ente capaz de influenciar el desarrollo emocional de los adolescentes, puede llevar a los padres a tener actitudes adecuadas y más acertadas (Kopp y Park, 2014).
La adolescencia constituye una etapa del desarrollo humano que necesita especial atención por parte de los padres de familia acompañada de mucha prudencia, sabiduría y amor. Dado que, es una etapa donde se producen una serie de cambios en el actuar, sentir y pensar que pone en ciertos apuros a cualquier padre en un determinado momento. En esta investigación, los adolescentes presentan múltiples estilos de socialización parental que pone de manifiesto diferentes efectos y comportamientos en cada uno de ellos (adolescentes).
Según los resultados obtenidos dentro del presente estudio acerca de la socialización parental en la adolescencia, éstos tienen un nivel adecuado: dado que, cuando los adolescentes cometen un error, los padres no únicamente utilizan el dialogo y el afecto como medio correctivo, sino que también aplican la privación, coerción física y verbal como método de crianza de los hijos.
Científicamente está comprobado que los adolescentes formados en hogares con estilos autorizativos suelen presentar mejor competencia, desarrollo social, autoconcepto y salud mental en relación a los demás estilos por lo que suele ser considerado como el más efectivo para una formación ideal de los hijos.
Finalmente, conocer la perspectiva sobre los estilos parentales de padres e hijos, puede ofrecer interesantes datos en el periodo de la adolescencia, etapa en la cual van apareciendo otros agentes de socialización tales como las redes sociales, los medios de comunicación y los amigos. A partir de ello, es importante estar atento al comportamiento que presentan los adolescentes pues estos agentes ofrecen diferentes puntos de vista en relación a los valores, además fomentan diversas habilidades e influyen directa4mente en el autoconcepto de los adolescentes.
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1. Magister en Comunicación y Tecnologías Educativas por el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE)- México, Docente principal 1 G2 en la Universidad Estatal de Bolívar. wfierrosaltos@gmail.com
2. Magister en Dirección y Gestión de Tecnologías de la información y Comunicación por la Universidad Nacional de Piura (Perú). Docente Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Universidad de Guayaquil. amalin.mayorga@ug.edu.ec
3. Magister Ciencias de la Educación por la Pontifica Universidad Católica del Ecuador Sede Ambato. Docente de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación, Carrera de Idiomas de la Universidad Técnica de Ambato. dm.cumbe@uta.edu.ec
4. Magister en Bioquímica Clínica por la Universidad de Guayaquil (Ecuador). Docente de la Carrera de Laboratorio Clínico de la Universidad Católica de Cuenca. reina.macero@ucuenca.edu.ec
5. Magister en Derecho Procesal por la Universidad Regional Autónoma de los Andes (Ecuador). abogadaclavijo@gmail.com