Vol. 40 (Nº 23) Año 2019. Pág. 4
ESPINOZA Freire, Eudaldo Enrique 1 y SERRANO Polo, Oscar Rodolfo 2
Recibido: 21/03/2019 • Aprobado: 17/06/2019 • Publicado 08/07/2019
RESUMEN: La investigación identifica los estilos de aprendizaje predominantes en los estudiantes de la carrera de Docencia de Educación Básica, pertenecientes a la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Técnica de Machala, Ecuador. Para la recolección de datos se utilizó el cuestionario Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje CHAEA, sometiendo sus resultados al análisis estadístico que respaldan la confiabilidad de los datos obtenidos. Se pudo determinar la existencia de los cuatro estilos de aprendizaje en la muestra estudiada, pero sin manifestar una preferencia hacia un estilo en particular claramente definida. El resultado se asocia al mejoramiento permanente de la didáctica dentro de las ciencias pedagógicas. |
ABSTRACT: The research identifies the predominant learning styles in the students of the Basic Education Teaching career, belonging to the Faculty of Social Sciences, Technical University of Machala, Ecuador. For the data collection, the Honey-Alonso questionnaire of CHAEA Learning Styles was used, submitting its results to the statistical analysis that supports the reliability of the results obtained. It was possible to determine the existence of the four learning styles in the studied sample, but without expressing a preference towards a clearly defined style. The result is associated with the permanent improvement of didactics within the pedagogical sciences. |
La investigación educativa desarrollada por investigadores pedagógicos, se mantiene encargándose de actualizar los estilos de aprendizaje, ya que contribuyen a organizar el proceso de enseñanza – aprendizaje y a establecer para cada estudiante la vía de enseñarles a “aprender a aprender”, centrándose sus estudios en países punteros en el tema como España, Venezuela, Brasil, Colombia, Cuba, Argentina y Chile.
En investigaciones realizadas por diferentes autores, tales como, Alonso, Gallego y Honey (2007) y Honey y Mumford, (1986), se ha comprobado que las diferencias de aprendizaje se deben a que cada alumno percibe, reacciona y adquiere conocimientos de manera diferente, es decir, a que existen diferentes estilos de aprendizaje. Además, hay otros factores que intervienen en el resultado académico, como son: psicológicos, sociales y económicos, el uso de inadecuadas estrategias empleadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, por lo que es necesario la implementación de metodologías de enseñanzas diferentes, que pudieran transformar los procesos de enseñanza en la Educación Superior (Metaute, et al. 2018). En este sentido Michalski (2009), nos precisa la importancia de prestar atención a estas diferencias individuales en los estudiantes, ya que ello permitirá conocer las características propias de aprendizaje y elaborar estrategias que logren mejorar el nivel de estudio, evitando así la deserción de los discentes.
Partiendo de las posturas teóricas anteriores, se pone de manifiesto la importancia de identificar el estilo de aprendizaje predominante en los estudiantes y la conveniencia que permitan desarrollar diferentes propuestas de mejora de las actividades docentes, que contribuirán a tender en el ellos un rendimiento académico más eficaz.
Gravini (2008) al analizar los resultados de varias investigaciones, infiere que la identificación de los estilos de aprendizaje predominantes en los estudiantes universitarios, desde el inicio de su carrera y el seguimiento académico en relación a los cambios experimentados por los estudiantes en sus preferencias de estilos, es un proceso que tiene gran utilidad para brindar una cultura de calidad académica, en la que se reconocen las diferencias individuales de los estudiantes y se trabaja por un mejor aprovechamiento de los procesos cognitivos implicados en la asimilación y aprehensión de los conocimientos inherentes a su disciplina.
Para la determinación de estilos de aprendizaje existen en la actualidad numerosos instrumentos que se han utilizado para este fin, de ellos, uno de los más ampliamente aceptado es el Cuestionario de Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA). Este cuestionario ha sido basado en el instrumento de Honey y Munford, Learning Styles Questionnaire, de P. Honey, elaborado para profesionales de empresas del Reino Unido, el que ha sido adaptado y validado por Alonso (1992).
La necesidad de identificar el estilo de aprendizaje predominante en los estudiantes surge debido a que, en los últimos años en muchas universidades, se presentan altos índices de reprobación y deserción escolar en diferentes carreras, de ahí que las tendencias pedagógicas actuales muestran un creciente interés entre los docentes y psicólogos de la educación por alejarse cada vez más de los modelos puramente instructivos para centrarse en el estudio y comprensión del propio proceso de aprendizaje.
Espinoza y Sánchez (2017) y Espinoza (2018), expresan en este sentido, que en estos tiempos modernos se necesitan innovación en el aula y que estén de acuerdo a las necesidades e intereses de los estudiantes ya que el aprendizaje debe ser integrado para que se puedan establecer logros en los procesos. En este sentido, Valcárcel y Verdú (1996) aclaraban que la idea detrás de esta necesidad es bien clara: cualquier intento por perfeccionar la enseñanza en aras de lograr mayor efectividad en la misma, tiene que transitar irremediablemente por una mejor, más clara y exhaustiva comprensión del aprendizaje, y de lo que va a ser aprendido.
La universidad Técnica de Machala no está exenta de la situación esbozada, por lo cual ha emprendido acciones encaminadas a lograr en alguna medida los objetivos planteados por Valcárcel y Verdúy, en tal dirección y como propósito de esta investigación se aplicó, en la Facultad de Ciencias Sociales, el cuestionario de Honey-Alonso sobre estilos de aprendizaje (CHAEA), a una muestra de estudiantes de la carrera de docencia de Educación Básica, con el objetivo de identificar los estilos de aprendizaje predominante en los estudiantes para tomar las medidas correctivas requeridas.
El modelo de Kolb (1976) está muy extendido para el diagnóstico de los Estilos de Aprendizaje en niveles adultos. Kolb determina que el aprendizaje se inicia con una experiencia inmediata y concreta que sirve de base para la observación y la reflexión. Estas observaciones paulativamente se logran integrar en una teoría formando conceptos abstractos y permitiendo su generalización tras comprobar las implicaciones de los conceptos en situaciones nuevas. Estas implicaciones o hipótesis sirven de base para generar nuevas experiencias. En tal sentido señala, que a la hora de aprender se ponen en juego cuatro capacidades diferentes:
- Capacidad de Experiencia Concreta (EC), ser capaz de involucrase por completo, abiertamente y sin prejuicios en experiencias nuevas.
- Capacidad de Observación Reflexiva (OR), ser capaz de reflexionar acerca de estas experiencias y de observarlas desde múltiples perspectivas.
- Capacidad de Conceptualización Abstracta (CA), ser capaz de crear nuevos conceptos y de integrar sus observaciones en teorías lógicamente sólida.
- Capacidad de Experimentación Activa (EA), ser capaz de emplear estas teorías para tomar decisiones y solucionar problemas.
Este autor fundamenta, además, que las cuatro capacidades son totalmente opuestas y cuando aprendemos debemos elegir entre ellas, configurando un modelo bidimensional del proceso de aprendizaje formado por:
- Percepción, cómo uno prefiere percibir el entorno y comprender su entorno (pensamiento concreto versus abstracto)
- Procesamiento, cómo uno prefiere procesar o transformar la información entrante (procesamiento de la información activo contra reflexivo).
Honey y Mumford (1986), partieron de las bases de Kolb para crear un cuestionario de Estilos de Aprendizaje enfocado al mundo empresarial. Al cuestionario le llamaron LSQ y con él, pretendían averiguar por qué en una situación en que dos personas que comparten texto y contexto una aprende y la otra no. Los autores mencionados llegaron a la conclusión de que existen cuatro Estilos de Aprendizaje, que a su vez responden a las cuatro fases de un proceso cíclico de aprendizaje: Activo, Reflexivo, Teórico y Pragmático. El LSQ, es un cuestionario de 80 items que corresponden a cuatro Estilos de Aprendizaje. Cada ítem se responde con un signo (r) si se está de acuerdo y con una (x) si se está en desacuerdo.
Según Martín Cuadrado (2011) esta clasificación puede ser utilizada como pautas de comparación y orientación para los alumnos de forma individual sobre la importancia de los estilos de aprendizaje, o para orientar a los docentes cuando utilizar un sistema de enseñanza u otro, en el desarrollo de sus clases según los resultados del grupo.
Las aportaciones y experiencias de Honey y Mumford fueron recogidas en España por Alonso, Gallejo & Honey (1994), quienes adaptaron el cuestionario LSQ de Estilos de Aprendizaje al ámbito académico y al idioma español, llamándolos Cuestionario Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA). Los resultados del cuestionario se plasman en una hoja que sirve para determinar las preferencias en cuanto a los Estilos de Aprendizaje: Activo, Reflexivo, Teórico y Pragmático.
La idoneidad del C.H.A.E.A como instrumento de evaluación de los Estilos de aprendizaje está avalado por un riguroso respaldo empírico que asegura su validez y fiabilidad y nos facilita una rica muestra de contraste con alumnado de un nivel académico posterior al analizado en este estudio.
La teoría de los estilos de aprendizaje, parte del hecho de las diferencias individuales. Las personas piensan, sienten, aprenden y se comportan de manera diferente. Estas diferencias individuales plantean un problema importante para la acción didáctica. Por una parte, resulta útil tener unas normas generales acerca de los comportamientos de cómo los alumnos aprenden y luego aplicarlos a toda la población estudiantil.
El nuevo modelo de educación superior que se proyecta a nivel global, se centra en el estudiante y establece nuevos roles profesionales para el profesorado universitario, en el que se destaca por su importancia, entre otros aspectos, el conocimiento de las diferentes formas de aprender del alumnado; es decir, de sus enfoques y estilos de aprendizaje.
En este sentido Vélez (2013) expresa que, cuando se quiere aprender algo, cada uno utiliza los propios métodos o conjunto de estrategias y habilidades para procesar, aprender y entender la información, para lo cual se apoya en diferentes factores que intervienen, los cuales se pueden agrupar de acuerdo a las semejanzas y diferencias. Entre las semejanzas, están la edad, el género, el idioma, la cultura, la religión, los valores, la situación socioeconómica, la situación geográfica. Las diferencias, se refieren al desarrollo o formación del sujeto, el flujo de las emociones, la creatividad, la intuición, los mecanismos de interacción, los patrones de organización, la reflexión, y la motivación. En el análisis de Vélez se corrobora que, en el proceso de orientación del aprendizaje, es de gran importancia conocer la estructura cognitiva del alumno, no sólo se trata de saber la cantidad de información que posee, sino cuál es su estilo de aprendizaje, pues tanto lo biológico, como lo motivacional y el contexto, producen estilos de aprendizaje diferentes en cada individuo.
Definir el constructo estilo de aprendizaje es una tarea esencial para delimitar las áreas que abarca y sobre todo sus posibles aplicaciones, pero resulta difícil ofrecer una definición única que pueda explicar adecuadamente aquello que es común a todos los estilos descritos en la literatura.
En un estudio donde se utiliza el CHAEA (Vivas, 2002) para diagnosticar los estilos de aprendizaje se señala que éstos constituyen las conductas más abarcadoras del sujeto ante la situación de aprendizaje, además que están impregnados por los modos preferentes de conocer (los estilos cognitivos) del sujeto y se operacionalizan a través de las estrategias que se ponen en marcha ante una situación específica.
En el estilo de aprendizaje se combinan una serie de factores fisiológicos, de personalidad, de experiencias previas, motivacionales, canales preferidos de comunicación y grado de dominio de uno de los hemisferios cerebrales, entre otros. Curry (1987), señala que uno de los obstáculos más importantes para el desarrollo y aplicación de la teoría de los estilos de aprendizaje en la práctica educativa, es la confusión que provoca la diversidad de definiciones que rodean al término, a lo cual se suma también la heterogeneidad de clasificaciones que abundan entre los diferentes autores.
Como definición de Estilo de Aprendizaje para este trabajo se adopta, la definición propuesta por Keefe (1988), que los define como:
“Los rasgos cognitivos […] tienen que ver con la forma en que los estudiantes estructuran los contenidos, forman y utilizan conceptos, interpretan la información, resuelven los problemas, seleccionan medios de representación (visual, auditivo, quinestésico), entre otros”. Los rasgos afectivos se vinculan con las motivaciones y expectativas que influyen en el aprendizaje, mientras que los rasgos fisiológicos están relacionados con el biotipo y el biorritmo del estudiante”. (p.4)
La metodología en la que se sustenta el trabajo es fundamentalmente descriptiva. Los análisis descriptivos realizados se refieren a: recuento Ítem contestados afirmativamente (+) para cada estilo de aprendizaje, media de los estilos de aprendizaje y tabla de interpretación del cuestionario CHAEA, que permitieron obtener las conclusiones de éste.
La población elegida para el estudio la constituyó la matrícula de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Técnica de Machala, que hacen un total de (1172), de donde se seleccionó una muestra de (252) alumnos correspondientes a la Carrera de Docencia en Educación Básica, de la Facultad de Ciencias Sociales, a los cuales se les aplicó el cuestionario de Honey-Alonso sobre estilos de aprendizaje (CHAEA).
Para la recogida de los datos se utilizó el Cuestionario de Estilos de Aprendizaje (CHAEA) diseñado por Alonso (1992), el cual es un instrumento que proviene de la traducción y adaptación al español del “Learning Style Questionnaire” (LSQ) diseñado por Honey y Mumford (1986).
El cuestionario consta de (80) preguntas que se contestan con más o menos (+ o -), donde más significa acuerdo total y menos en total desacuerdo, se estructuran en cuatro grupos de 20 ítems, que se distribuyen al azar, perteneciendo estos a los cuatro Estilos de Aprendizaje: Activo, Reflexivo, Teórico y Pragmático, que son parte del proceso cíclico de aprendizaje, que Ramírez y Osorio (2008) lo ilustra de la siguiente forma (Fig. 1):
Figura 1
Proceso cíclico de aprendizaje
Fuente: Ramirez (2008)
Elaboración: Autores
Es importante tener en cuenta, para la interpretación de la información obtenida en el CHAEA, la relatividad de las puntuaciones obtenidas en cada estilo, es decir, no significa lo mismo obtener una puntuación igual en un estilo que en otro.
Los valores generales de la población se sumaron por estilo de aprendizaje, y se calcularon los porcentajes relativos a cada uno de ellos, en los cuatro grupos de 20 ítems, propuestos por Alonso, Gallego & Honey (1994), como se indica en la Tabla 1:
Tabla 1
Distribución de los ítems por cada estilo de aprendizaje
Número |
Activo |
Reflexivo |
Teórico |
Pragmático |
1. |
3 |
10 |
2 |
1 |
2. |
5 |
16 |
4 |
8 |
3. |
7 |
18 |
6 |
12 |
4. |
9 |
19 |
11 |
14 |
5. |
13 |
28 |
15 |
22 |
6. |
20 |
31 |
17 |
24 |
7. |
26 |
32 |
21 |
30 |
8. |
27 |
23 |
34 |
38 |
9. |
35 |
36 |
25 |
40 |
10. |
37 |
39 |
29 |
47 |
11. |
41 |
42 |
33 |
52 |
12. |
43 |
44 |
45 |
53 |
13. |
46 |
49 |
50 |
56 |
14. |
48 |
55 |
54 |
57 |
15. |
51 |
58 |
60 |
59 |
16. |
61 |
63 |
64 |
62 |
17. |
|
|
|
|
18. |
67 |
65 |
66 |
68 |
19. |
74 |
69 |
71 |
72 |
20. |
75 |
70 |
78 |
73 |
21. |
77 |
79 |
80 |
76 |
Fuente: Alonso Gallego & Honey, (1994)
Para el análisis de las preferencias en estilos de aprendizaje se utilizó un baremo que facilita la interpretación de las puntuaciones obtenidas, sugerido por Alonso, Gallego & Honey (1994), (Tabla 2).
Para ello se agrupan los resultados en cinco niveles según sugieren Honey y Mumford (1986), siendo estos:
- Nivel de preferencia Muy Alta, representa al 10% de los encuestados con puntuaciones más alta.
- Nivel de preferencia Alta, representa el 20% de los encuestados con puntuación Alta.
- Nivel de preferencia Moderada, representa el 40% de los encuestados con puntuación nivel medio, es decir entorno a la media.
- Nivel de preferencia Baja, representa el 20% de los encuestados con puntuación baja.
- Nivel de preferencia Muy Baja, representa el 10% de los encuestados con puntuación más baja.
Tabla 2
Baremo General de Preferencia propuesto
Estilos |
10% |
20% |
40% |
20% |
10% |
Preferencias |
|||||
|
Muy Baja |
Baja |
Moderada |
Alta |
muy alta |
Activo |
0- 6 |
7 – 8 |
9 – 12 |
13 – 14 |
14 – 20 |
Reflexivo |
0 – 10 |
11 – 13 |
14 – 17 |
18 -19 |
20 |
Teórico |
0 – 6 |
7 – 9 |
10 – 13 |
14 – 15 |
16 - 20 |
Pragmático |
0 – 8 |
9 -10 |
11 – 13 |
14 – 15 |
16 - 20 |
Fuente: (Alonso, Gallego & Honey, 1994)
Se aplicaron a su vez, pruebas estadísticas simples como media aritmética, desviación estándar y el análisis de varianza
Se trabajó con un total de (252) cuestionarios respondidos, con un promedio de respuestas positivas de (134), para un (53,3) %, en un rango de variación de 18 a 252 respuestas positivas como se muestra en la tabla número 3.
Tabla No 3
Resultados de la aplicación del cuestionario.
Respuestas positivas (RP +)
Ítems |
RP + |
RP+ |
Ítems |
RP + |
RP+ |
Ítems |
RP + |
RP+ |
1 |
231 |
91,6 |
28 |
122 |
48,4 |
55 |
189 |
75,0 |
2 |
125 |
49,6 |
29 |
32 |
12,6 |
56 |
220 |
87,3 |
3 |
180 |
71,4 |
30 |
129 |
51,2 |
57 |
102 |
40,4 |
4 |
160 |
63,4 |
31 |
98 |
38,8 |
58 |
80 |
31,7 |
5 |
231 |
91,6 |
32 |
62 |
24,6 |
59 |
112 |
44,4 |
6 |
166 |
65,8 |
33 |
140 |
55,5 |
60 |
150 |
59,5 |
7 |
204 |
80,9 |
34 |
242 |
96,0 |
61 |
212 |
84,1 |
8 |
122 |
48,4 |
35 |
80 |
31,7 |
62 |
52 |
20,6 |
9 |
69 |
27,4 |
36 |
182 |
72,2 |
63 |
240 |
95,2 |
10 |
125 |
49,6 |
37 |
122 |
48,4 |
64 |
30 |
11,9 |
11 |
223 |
88,4 |
38 |
50 |
19,8 |
65 |
76 |
30,2 |
12 |
122 |
48,4 |
39 |
132 |
52,3 |
66 |
214 |
84,9 |
13 |
132 |
52,4 |
40 |
210 |
83,3 |
67 |
131 |
51,9 |
14 |
20 |
7,9 |
41 |
148 |
58.7 |
68 |
160 |
63,4 |
15 |
180 |
71,4 |
42 |
210 |
83,3 |
69 |
190 |
75,4 |
16 |
72 |
28,5 |
43 |
130 |
51,6 |
70 |
172 |
68,2 |
17 |
140 |
55,5 |
44 |
200 |
79,3 |
71 |
32 |
12,6 |
18 |
160 |
63,4 |
45 |
125 |
49,6 |
72 |
60 |
23,8 |
19 |
50 |
19,8 |
46 |
180 |
71,4 |
73 |
92 |
36,5 |
20 |
120 |
47,6 |
47 |
180 |
71,4 |
74 |
212 |
84,1 |
21 |
252 |
100 |
48 |
150 |
59,5 |
75 |
20 |
7,9 |
22 |
46 |
18,2 |
49 |
80 |
31,7 |
76 |
72 |
28,5 |
23 |
42 |
16,6 |
50 |
122 |
48,4 |
77 |
200 |
79,3 |
24 |
100 |
39,6 |
51 |
198 |
85,7 |
78 |
90 |
35,7 |
25 |
55 |
21,8 |
52 |
129 |
51,2 |
79 |
202 |
80,2 |
26 |
198 |
78,6 |
53 |
98 |
38,8 |
80 |
150 |
59,5 |
27 |
80 |
31,7 |
54 |
132 |
52,3 |
∑x |
10537 |
52,3 |
Respuestas positivas
Fuente: Cuestionario
Elaboración: autores
Para conocer la distribución de los perfiles de aprendizaje, se toma en cuenta únicamente las respuestas positivas obtenidas para cada estilo particular en el desarrollo de la aplicación de la encuesta.
Con respecto al perfil que muestran los alumnos, los resultados obtenidos son los siguientes (Tabla 4):
Tabla 4
Valores de las medias del perfil por estilo de aprendizaje
Estilo |
Activo |
Reflexivo |
Teórico |
Pragmático |
Puntuación |
11 |
9 |
12 |
10 |
Desviación estándar: 1.12
Fuente: Cuestionario
Elaboración: autores
De acuerdo a estos resultados, se infiere que los perfiles promedio de estilos de aprendizaje de los estudiantes, que participaron en el estudio, no manifiestan una preferencia hacia un estilo en particular, pues las puntuaciones alcanzadas no presentan una diferencia significativa entre los cuatro estilos, no obstante, se observa una tendencia hacia el estilo teórico y activo (ver Fig. 2).
Figura 2
Perfiles de estilos de aprendizaje
I. Activo II. Reflexivo III. Teórico IV. Pragmático
Los valores generales de la población representados en los porcientos y cantidad de alumnos que se ubican en cada uno de los estilos de aprendizaje, correspondiente a los 252 estudiantes que participaron en el estudio, los datos obtenidos indican que no hay manifestación de un estilo predominante como tal, aunque existe una tendencia hacia la predominancia del estilo teórico, que coincide con el resultado del perfil en que se ubican los alumnos (Tabla 5 y Figura 3).
Tabla 5
Distribución general por estilos de aprendizaje
Estilo |
Activo |
Reflexivo |
Teórico |
Pragmático |
Total |
Porcentaje |
23.8 |
24,6 |
27,3 |
24,3 |
100 |
Suma |
61 |
62 |
69 |
60 |
252 |
Desviación estándar: 1,73
Fuente: Cuestionario
Elaboración: autores
-----
Figura 3
Distribución general por estilos de aprendizaje
Fuente: Cuestionario
Elaboración: Autores
Los resultados obtenidos, con respecto a la variable preferencias en los estilos de aprendizaje, de los alumnos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Técnica de Machala, muestran que no hay una predominancia hacia un estilo de aprendizaje en particular, aunque se puede notar claramente la presencia de los cuatro estilos de aprendizaje, existiendo una tendencia a la prevalencia del estilo teórico. En el nivel de preferencia muy alta,los cuatro estilos tienen un por ciento mayor y muy similar, donde se destaca el estilo teórico, en segundo lugar, aparece la preferencia alta con igual tendencia. Una preferencia muy baja y baja aparecen en un porciento menor y una preferencia moderada se presenta en un porciento intermedio (Tabla 6).
Tabla 6
Preferencias en estilos de aprendizaje
Estilos |
10 % Muy baja |
20% Baja |
40% Moderada |
20% Muy alta |
10% Alta |
Activo |
5 (8,2%) |
11 (18%) |
9 |
19 |
17 |
Reflexivo |
8 |
9 (14,5%) |
12 |
18 |
15 |
Teórico |
9 |
11 |
12 |
23 |
14 |
Pragmático |
8 |
7 |
13 |
16 |
16 |
Desviación standard: Activo= 4,2 • Reflexivo= 5 • teórico = 3,3 • Pragmático= 3,8
Fuente: Cuestionario
Elaboración: Autores
La representación gráfica de estos resultados complementa esta información (Gráfico 3) (Figura 4):
Figura 4
Preferencias estilos de aprendizaje
Fuente: Cuestionario
Elaboración: Autores
El análisis de varianza realizado para determinar, si existían diferencias significativas entre los resultados, de las preferencias en los estilos de aprendizaje, se muestra en la Tabla 7.
Tabla 7
Análisis de varianza (ANOVA)
Fuente de variación |
gl |
SC |
CM |
F |
Tratamiento |
4 |
110,4 |
27,6 |
2,56 |
Error |
15 |
161,4 |
10.76 |
|
Total |
19 |
|
|
F= 2.56 calculada • F tabular 0,05 = 3,06 • F tabular 0,01 = 4,89
Fuente: Cuestionario
Elaboración: Autores.
El valor tabular de FT para significación de 0,05 = 3,06 y para el nivel 0.01 = 4,89. Como FC < FT, se concluye que no hay diferencias significativas entre los tratamientos al nivel de 0,05 ni para el nivel de 0.01.
Es prudente recordar que la predominancia en uno de los estilos significa que éste es el estilo “más usado” por el estudiante, o, dicho de otra forma, el que emplea de forma preferente pero no exclusiva. En realidad, todos los estilos están presentes en cada persona en mayor o menor medida siendo uno de ellos el usado de forma preferencial.
Estos resultados coinciden en alguna medida con los obtenidos por Simón (2011), Rodríguez G. (2006) y Barandiaran (2013), los cuales reportan no haber encontrado una predominancia claramente definida. Por el contrario, otros autores consultados como, Valenzuela (2011), Ramírez y Osorio (2008), Mejía (2014), Gómez (2003) y Villalobos (2015), no coinciden con este resultado, pues encontraron en los estudios realizados, estilos predominantes, aspecto que coincide con otros contextos nacionales e internacionales, que destacan el estilo reflexivo como el predominante.
Los resultados de este estudio se encuentran dentro de los parámetros establecidos por el Baremo General de Preferencia propuesto (Alonso, Gallego & Honey, 1994), aunque no en todos los estilos y niveles de preferencia (Tabla 5), en lo cual inciden muchas variables, lo cual es señalado por diferentes autores, entre ellos, Mejía y Jaik (2014), que expresan: España, Colombia, Argentina, Brasil y México, por mencionar algunos, producen múltiples investigaciones que tienen entre sus objetivos determinar el estilo de aprendizaje, y en muchos casos, la relación que hay entre éstos y otras variables como el rendimiento académico y los factores sociodemográficos en los que se encuentra la persona.
Estos resultados muestran, en lo general, la necesidad de que los alumnos desarrollen más sus estilos de aprendizaje, ya que sus preferencias están agrupadas en los cuatro estilos de aprendizaje en una proporción casi uniformemente, sin definir claramente un estilo determinado, aunque con una tendencia hacia el estilo teórico.
El estudio logró identificar a través de la aplicación del Cuestionario Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA), el perfil de estilos de aprendizaje de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Técnica de Machala y los niveles de preferencia de los mismos, Activo, Reflexivo, Teórico y Pragmático, no evidenciándose el predominio de un estilo en particular, pero si una tendencia de preferencia hacia el estilo teórico. También se puso de manifiesto con un nivel de preferencia entre Muy alto y Alto, en los cuatro estilos en que está dividido el grupo, en porcientos muy similares.
Sobre la base de estos resultados se impone la necesidad de emprender acciones por parte de la institución, encaminadas a potenciar el desarrollo de los estilos de aprendizaje de los estudiantes, implicando en esto tanto a los estudiantes como a los docentes, además de la capacitación de los docenes acerca del conocimiento de cómo diagnosticar los estilos de aprendizaje y como desarrollar estos en sus estudiantes.
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1. Universidad Técnica de Machala, Machala, Ecuador. E-mail: eespinoza@utmachala.edu.ec
2. Universidad Técnica de Machala, Machala, Ecuador. E-mail: oserrano@utmachala.edu.ec