Vol. 39 (Nº 15) Año 2018. Pág. 7
Hilda Helena ESTRADA López 1; Sadan Alexander DE LA CRUZ Almanza 2; Marly Johana BAHAMÓN 3; Julio PEREZ Maldonado 4; Adriana Marcela CACERES Martelo 5
Recibido: 22/11/2017 • Aprobado: 18/12/2017
RESUMEN: La presente investigación tuvo como objetivo principal analizar las relaciones entre características sociodemográficas, burnout académico y bienestar psicológico en estudiantes universitarios en una universidad de la ciudad de Barranquilla. Se propuso un enfoque cuantitativo y un tipo de investigación descriptivo-correlacional, dentro de los resultados se encontró que la incidencia de burnout académico en estudiantes es del 10,67% en niveles moderados, estableciendo una relación negativa débil entre el burnout y el bienestar psicológico. |
ABSTRACT: The following research had as a main objective analyze the connections between sociodemographic characteristics, academic burnout and Psychological well-being in students of a university in the city of Barranquilla. A quantitative approach was proposed and a descriptive correlational type of research. The results showed that incidence in academic burnout is 10,67% on its moderns levels, establishing a negative and weak connection between burnout and phychological well-being |
El paso por la educación superior, se ha convertido en una etapa transcendental en la vida profesional de una persona, en este proceso, el individuo adquiere conocimientos y habilidades necesarias para ejercer su profesión a desarrollar en el futuro. Sin embargo, la vida universitaria y el entorno de sus instituciones son constantemente descritos como un lugar con altos niveles de estrés (Mundo, 2014).
Por lo general, los estudiantes universitarios inician esta nueva etapa llenos de incertidumbres y con pequeños niveles de estrés que pueden incrementar a medida que avanzan los semestres, puesto que la exigencia es mayor y la actividad académica se traduce en intensificación del trabajo (Barraza, 2009). En este proceso, el deseo por culminar su vida universitaria de la manera más exitosa posible (en cierta medida, puede garantizar una mejor formación profesional), es un componente adicional que implica mayor presión para los estudiantes (Vélez y Roa, 2005).
Del mismo modo existen otras variantes que pueden aportar negativamente en el desarrollo de la vida universitaria; en primer lugar, el factor social, seguido del económico, los culturales y por último el nivel psicológico con que cada estudiante afronta la universidad (Caballero, Abelló y Palacio, 2007)
Este conjunto de problematicas inherentes a la vida universitaria, pueden conllevar al desarrollo de síndromes como el burnout y a la disminución del bienestar psicologico de los estudiantes. Este primer termino, hace referencia a estar “quemado”, se relaciona con un profundo desgaste o cansancio emocional (Gil-Monte, 2003), llevando al individuo a afrontar la vida académica o laboral con altos niveles de desinterés, una profunda frustación con manifestaciones físicas y emocionales, acompañado por conductas evasivas o de escape (Caballero, Hederich & Palacio, 2009). Por otro lado, el bienestar psicológico, se relaciona con “el desarrollo personal, las experiencias positivas, el bienestar subjetivo o nivel de felicidad y el funcionamiento óptimo de las personas, las comunidades y la sociedad” (Véliz, 2012, p. 144).
Por tal motivo, el objetivo central de la investigación es analizar las relaciones entre características sociodemográficas, burnout académico y bienestar psicológico en estudiantes universitarios en una universidad de la ciudad de Barranquilla, que nos permita entender como se correlacionan las variables anteriormente descritas.
La traducción al castellano del termino burnout hace referencia a estar “quemado”, desgastado, exhausto, agotado o bajo de batería, en términos clínicos, se relaciona con un estado profundo de desgaste o cansancio emocional (Gil-Monte, 2003), el cual puede presentarse en distintos roles de la vida del ser humano.
A pesar de la ambigüedad sobre la conceptualización del burnout como síndrome, distintas investigaciones como Caballero, Breso, & González (2015), Caballero, Hederich, & Palacio (2009), Gil-Monte (2003) y Rodríguez, Rodríguez. G, Riveros, Rodríguez. M y Pinzón (2011), coinciden en referenciar a Freuderberger en la década de 1970 como pionero en esta temática. Freuderger (1974) define el burnout bajo un contexto laboral, “como una combinación de cansancio emocional crónico, fatiga física, pérdida de interés por la actividad laboral, baja realización personal y deshumanización en el cuidado y atención a los usuarios” (Freuderger 1974, citado por Caballero, Breso, y González, p. 427, 2015).
Tabla 1
Evolución del concepto de burnout según diferentes autores
Autores |
Definición |
Freudenberger (1974) |
Sensación de fracaso y una existencia agotada o gastada que resulta de una sobrecarga por exigencia de energías, recursos personales o fuerza espiritual del trabajo. |
Pines y Kafry (1978) |
Experiencia general de agotamiento físico, emocional y actitudinal causado por estar implicada la persona durante labor periodo de tiempo en situaciones que le afecten emocionalmente. |
Cherniss (1980) |
Es un proceso en el cual las actitudes y el comportamiento del individuo cambian de manera negativa con respecto a la labor desempeñada. Se identifican tres (3) etapas: desequilibrio entre recursos y demanda, desarrollo de la tensión, la fatiga y el agotamiento emocional, y cambios en las actividades y comportamientos hacia otras personas. |
Edelwinch y Brodsky (1980) |
Pérdida progresiva del idealismo, energía y motivos vividos por la gente en las presiones de ayuda, como resultado de las condiciones de trabajo. |
Maslach y Jackson (1981) |
Es el agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal que puede ocurrir frecuentemente entre los individuos cuyo trabajo implica atención o ayuda de personal. |
Kahill (1988) |
Síndrome caracterizado por sentimientos de automedicaría reducida, desánimo, despersonalización y fatiga, vinculado a situaciones crónicas de demandas excesivas en el ámbito laboral. |
Hernández, González y Campos (2011) |
Síndrome caracterizado por estrés interpersonal crónico que se presenta en el ejercicio laboral. |
Fuente: Elaboración propia con datos de Rodríguez,
Rodríguez. G, Riveros, Rodríguez. M y Pinzón (2011)
Las primeras nociones sobre el síndrome de burnout (ver tabla 1) se definen desde un enfoque laboral, más concretamente asistencial-profesional Caballero, Breso, y González (2015). Estas investigaciones en su conjunto (y otras asociadas a la temática), ponen de manifiesto tres (3) dimensiones relacionadas con el burnout: el agotamiento, despersonalización y la baja eficacia profesional (Gil-Montes, 2003)(Buzzetti, 2005). El primero se describe como “la fatiga o falta de energía y la sensación de que los recursos emocionales se han agotado” (Buzzetti, p.20, 2005), la despersonalización o cinismo asociadas con actitudes negativas e insensible hacia su trabajo (y las personas o clientes con que se relaciona, dado el caso particular de cada profesión) y sus compañeros (Maslach, Schaufeli y Leiter, 2001), y por último, la eficacia profesional, “se refiere a la sensación de no hacer adecuadamente las tareas y ser incompetente en el trabajo” (Caballero, Breso, & González, p. 427, 2015).
Por otra parte, los avances en el estudio del síndrome de burnout han permito su exploración en otra población con características diferentes y especificas al ambiente laboral, ha esta se le denomina burnout académico. En esencia los estudiantes universitarios, al igual que un trabajador, se enfrenta a situaciones (en diferentes contextos) que pueden estimular el desarrollo del síndrome Bresó (2008).
De acuerdo a Caballero, Bresó y González (2015) el burnout académico “se entiende como una consecuencia y respuesta al estrés crónico vinculado al rol, la actividad y el contexto académico, de carácter maligno, insidioso y que puede afectar el desarrollo, la comprensión y la satisfacción de los estudiantes con su formación y vida académica” (p.4). Esto asociado a una menor comprensión en sus estudios, menor satisfacción por sus actividades académicas, acompañada de menores expectativas, y una marcada tendencia al abandono o desvinculación de su carrera profesional (Pérez, Parra, Fasce, Ortiz, Bastías y Bustamante, 2012) (Caballero, Abello y Palacios, 2007).
Se define también como respuestas emocionales negativas, sensación de estar exhausto, actitud de cinismo frente a los estudios que se encuentra realizando, sumado a una percepción personal de incompetencia en sus labores académicas (Shaufeli, Salanova, González-Romá & Bakker, 2002, citado por Caballero, Bresó y González 2015).
De acuerdo con Caballero, Hederich, & Palacio (2009) existen unas categorías (por lo menos en un planteamiento teórico) sobre las variables asociadas al síndrome de burnout académico; variables de contexto académico, variables de contexto ambiental y/o social, y variables intrapersonales. En la primera categoría se identifican variables como, relaciones distantes y de poca comunicación con los profesores, ausencia de asociaciones estudiantiles, dificultad con el servicio de bibliotecas, inadecuada gestión administrativa de la institución para con los estudiantes, niveles altos de ausentismos de docentes, temas difíciles, profesores exigentes, entre otros. En cuanto a las variables de contexto ambiental y/o social, se identifican, competitividad con compañeros, poco apoyo social de la familia y amigos, ausencia de recursos económicos y percepción sobre la falta de oferta en el mercado de trabajo. Por último, variables intrapersonales; genero, rutina asociada a sus actividades académicas, dificultad en la planificación de su tiempo, presencia de ansiedad en tiempos de exámenes, insatisfacción en los estudios, entre otros (Caballero et al., 2009).
Por otro lado, en cuanto a las manifestaciones del síndrome de burnout a nivel académico, Rosales (2012) identifica 3 grandes grupos: Psicosomáticas (alteración cardiovascular, fatiga crónica, cefaleas, disfunciones sexuales), conductuales (abuso de drogas, fármacos y alcohol y ausentismo laboral) y por ultimo las emocionales que impulsa a que los estudiantes pierdan toda tipo de motivación en el estudio y decidan desertar de la carrera. Siendo dichas manifestaciones más frecuentes; “el agotamiento físico y mental, el abandono de los estudios y la diminución del rendimiento académico” (Rosales, 2012, p. 797).
En cuanto a las metodologias e instrumentos de medición propuestos para el síndrome de burnout académico se identifican dos (2); el Maslach Burnout Inventory-Student Survey (MBI-SS) y la Escala Unidimensional del Burnout Estudiantil (EUBE). El MBI-SS es una adactación del Maslach Burnout Inventory – Human Services (MBI-HS) y el Malasch Burnout Inventory – General Survey (MBI-GS), donde le primero trata de un inventario agrupado por 22 ítems y esta enfocado en profesionales de ayuda y servicios (médicos, paramédicos, enfermeros, entre otros (Hederich y Caballero, 2016), esta a su vez, identifica tres dimensiones asociadas al síndrome; agotamiento emocinal, despersonalización y baja realización personal. El segundo, MBI-GS es una ampliación del primero, en terminos de que es posible investigar sobre el burnout en otras áreas profesionales, este evalua dos (2) dimensiones (teniendo en cuenta la versión original, MBI-HS); agotamiento y eficiencia profesional, con una escala de “despersonalización por cinismo”, refiriendose a actitudes negativas, de indiferencia o de distancia hacia su actividad laboral en general (Martínez, 2010). El inventario MBI-SS entonces, analiza (de acuerdos a sus homólogos antecesores) el síndrome a partir de tres dimensiones; agotamiento emocional, despersonalización o cinismo y menor sentido de realización personal o ineficacia (Yavuz & Dogan, 2014).
El EUBE cuenta con un enfoque de medición del síndrome unidimensional representada por la escala de agotamiento emocional, la cual correlaciona las tres dimensiones del anterior inventario (MBI-SS) (Rosales, 2012). Así de acuerdo a este mismo autor, el concepto de burnout académico se podria asociar con “un estado de agotamiento físico, emocional y cognitivo producido por el involucramiento prolongado en situaciones generadoras de estrés” (Rosales, 2012, p.797).
De acuerdo a Brenninkmeijer & Van Yperen (2003) la aplicación del EUBE para la medición del síndrome de burnout académico, cuenta con las siguientes ventajas:
La metodología propuesta por el EUBE fue aplicada en el presente artículo debido a las ventajas mencionadas anteriormente y al objetivo mismo de la investigación, principalmente por la necesidad de análisis del síndrome del burnout acádemico con otras variables presente en los estudiantes y su correlación con el bienestar psicologico.
De acuerdo a Martín (2016) el bienstar psicologico se fundamenta en una corriente filosófica denominada eudaimonía, la busca la comidad de forma interna, independiente durardera y de mayor calisas acompañada de un conjunto de criterios morales para alcanzar la plenitud y la armonía del alma.
García- Viniegras y Gonzáles (2009) afirman que el bienestar psicológico trata de la expresión del sentir positivo y el pensar constructivo del ser humano acerca de si mismo, concepto desarrollado inicialmente en los Estados Unidos para la mejora de las condiciones de vida (Garaigodobil, Aliri y Fontaneda, 2009).
Según Molina y Meléndez (2006) el bienestar psicológico se define como el resultado de la percepsión de realidad, aspiraciones, posibilidad y expectativas que general una idea de gozo y satisfacción al conseguir un objetivo.
Salotti (2006) plantea el bienestar psicológico como el resultado de la percepción sobre los logros obtenidos y la satisfacción que esto da. Se define también como el vínculo entre lo social y lo psicológico, en la parte social se atribuye a aquellas cosas que le dan sentido a la vida, y lo psicológico a las actitudes tomadas por la persona frente a si misma (García-Viniegras y Gonzáles, 2000).
Diener (1994) describe tres características principales; en primer el carácter subjetivo, este recae sobre las experiencias personales vividas, por otro lado, la dimensión global relacionada con la autoevaluación del individuo sobre cada área de la vida, y por ultimo, la apreciación positiva, el sujeto se niega a concentrarse en los aspectos negativos.
Por otro lado, de acuerdo al trabajo realizado por Ryff (1989) el bienestar psicológico se plantea como el esfuerzo por optimizar las capacidades propias de los individuos, lo cual puede depender de variables como edad, género y la cultura de la persona, en este sentido a medida que se alcanza una edad adulta, se adquiere una mayor autonomía, dominio del medio que lo rodea y una percepción positiva de crecimiento personal (Páramo, Straniero, García, Torrecilla y Escalante, 2012).
El “Modelo multidimensional del bienestar psicológico” planteado por Ryff (1989), presenta seis dimensiones diferente:
Partiendo de las dimensiones de Ryff, se han desarrollado instrumentos que buscan identificar los niveles de bienestar psicologico de los individuos, por un lado se encuentran las evaluaciones realizadas para adolecenes (Casullo y Castro, 2000), y por el otro, para adultos (Díaz, Rodríguez-Carvajal, Blanco, Moreno-Jiménez, Gallardo, Valle y Van Dierendonck, 2006).
Los dos instrumentos basados en las dimensiones de las escalas del bienestar psicológico, se redactaron con el objetivo de determinar si las dimensiones mencionadas anteriormente, son válidas para poder encontrar diferencias entre jóvenes sanos y otros que ya hayan desarrollado algún tipo de trastorno psicológico (Casullo y Castro, 2000). De igual manera se deseaba determinar si múltiples rasgos de personalidad, actitudes o pensamientos son importantes e influyentes al momento de evaluar la salud. El instrumento desarrollado para jóvenes (Casullo y Castro, 2000) tuvo un total de 20 ítems, es decir 4 por cada una de las dimensiones, mientras que en el elaborado para adultos (Díaz, Rodríguez-Carvajal, Blanco, Moreno-Jiménez, Gallardo, 2005) usó 20 ítems por cada dimensión.
Otros autores como Bahamón y Alarcón (2016), han construido y validado una escala de bienestar psicológico para adolescentes a partir de las escalas de bienestar de Ryff, denominada Escala de Bienestar Psicológico (BIPSI) El instrumento consta de seis dimensiones distribuidas de la siguiente manera; autodeterminación, autoaceptación, relaciones personales, desarrollo personal, autorregulación y control, y autonomía. Este último instrumento en particular, fue aplicado en la presente investigación.
Los estudios relacionados con burnout (laboral y académico) y bienestar psicológico muestran un amplio conjunto de investigaciones con diferentes aplicaciones de instrumentos, metodologías, perspectivas, población objetivo y enfoques, que han permitido entender el síndrome y sus sintomatologías de una mejor manera.
La tabla 2 muestra un resumen de investigaciones a nivel internacional sobre las temáticas relacionadas con el presente artículo. Se observa en términos generales en cuanto a metodología la aplicación de instrumentos como Maslach Burnout Inventory (MBI) en su versión académica, la Escala Unidimensional de Burnout Estudiantil (EUBE) y la Escala de Bienestar Psicológico basados en las teorías de bienestar de Ryff (en algunas ocasiones con leves modificaciones de acuerdo al contexto).
Para el caso de burnout académico, en cuanto a la presencia del síndrome por género los estudios muestran un comportamiento semejante de acuerdo al contexto y a la población de estudio definida. Según el uso de la EUBE en la población estudiantil predominan leves manifestaciones o sintomatologías de burnout. En cuento a la relación del bienestar psicológico y la presencia de burnout, en términos generales, bajos niveles de bienestar se reflejan altos niveles de burnout académico (ver tabla 2).
Tabla 2
Investigaciones sobre burnout, burnout académico y bienestar psicológico a nivel internacional
Para el caso particular de la ciudad de Barranquilla, Caballero, Abello y Palacio (2007), realizan una investigación donde participaron 202 estudiantes del programa de psicología de la jornada nocturna, los resultados muestran que el 41,6% de los estudiantes presentaba burnout académico, relacionado con los factores de agotamiento en un 38,2%, 29,7% cinismo y el 48,6% con sentimiento de ineficiencia
Así mismo, Hederich y Caballero (2016) en un estudio sobre Burnout Académico realizado a 820 estudiantes de diferentes programas como; medicina, psicología, fisioterapia y enfermería de tres universidades de la ciudad de Barranquilla, encuentran que en promedio el 23,4% sufre de agotamiento, el 5,4% de cinismo y el 44,1% de ineficiencia o se siente ineficiente.
Por otro lado, Palacio, Caballero, González, Gravini y Contreras (2012), relacionan el burnout en estudiantes con variables como promedio académico y el uso de estrategias de afrontamiento, sus principales resultados muestran que en la presencia del síndrome (sin que necesariamente el estudiante tenga un conocimiento pleno de las sintomatologías e implicaciones de burnout) la estrategia “religión” presente una mayor ponderación (32%), seguida de “búsqueda de apoyo social” (25,4%) y “reevaluación positiva” (23,6%). De acuerdo a estos mismos autores, existe una correlación negativa entre las dimensiones de burnout (agotamiento y cinismo) con el promedio académico.
La metodología se desarrolló a través de una investigación de tipo no experimental de corte transversal, el cual permite observar los fenómenos en su ambiente para luego ser analizados, sin una manipulación deliberada de las variables investigadas (Hernández, Fernández y Baptista, 2014). Se define un enfoque metodológico cuantitativo, debido a la aplicación de instrumentos, análisis estadísticos y la descripción de la problemática a desarrollo.
En cuento al alcance de la investigación, se pretende un enfoque descriptivo y correlacional, que permita, por un lado, medir conceptos, definir variables y considerar los fenómenos estudiados y sus componentes, por otro lado, que explique la relación entre variables y la cuantificación de las mismas (Hernández, Fernández y Baptista, 2014).
Como población, se tomarán al conjunto de universitarios de instituciones publicas de la ciudad de Barranquilla, los cuales, de acuerdo al Ministerio de Educación 105.503 estudiantes, distribuidos de la siguiente manera:
Tabla 3
Distribución de estudiantes según tipo de universidad en la ciudad de Barranquilla
Tipo de Universidad |
Población |
Muestra |
Universidad Publica |
49.225 |
382 |
Universidad Privada |
56.278 |
382 |
Total |
105.503 |
764 |
Fuente: Mineducación. Elaboración propia
La población objeto de estudio se conformo por 452 estudiantes universitarios (cifra superior a la muestra estimada al inicio de la investigación) pertenecientes al programa de administración de empresas de la facultad de ciencias económicas de la universidad del atlántico , en intervalos semestrales así; 1-3 semestre, 5 semestre y 9-10 semestre, teniendo en cuenta su jornada académica (diurna o nocturna).
Del total de la muestra, prevalece el sexo masculino (56,89%) sobre el femenino (43,11%). Las edades oscilan entre 15 y 55 años con una media de 22 años y una desviación estándar (considerablemente alta) del 4.19 años. Así mismo, en cuanto a estrato socioeconómico los niveles 2, 3 y 1 tienen mayor frecuencia con 43,88%, 29,78% y 20,32%, respectivamente.
En cuanto a su rol universitario, el 50,89% estudia en jornada nocturna, el 38,67% se encuentra en el rango 1 - 3 semestre, el 21,33% en 5 semestre y el 39,55% entre 9 - 10 semestre.
Para la medición del burnout académico se aplicó la metodología propuesta por Barraza (2008) utilizando la Escala Unidimensional de Burnout Estudiantil (EUBE), el cual consta de 15 ítems y reporta un nivel de confiabilidad de .86 en alfa de cronbach y .90 en la confiabilidad según formula de Spearman-Brown. De acuerdo a Rosales (2012) este instrumento cuenta con la facultad de medir los niveles de agotamiento físico, emocional y cognitivo en los estudiantes en un concepto unidimensional. Para el análisis de los datos recolectados, se hizo uso del baremo evaluativo propuesto por Barraza (2008) (ver tabla 2).
Tabla 4
Baremo evaluativo EUBE
Nivel de Burnout |
% de Presencia |
No presenta |
0 a 25% |
Leve |
26% a 50% |
Moderado |
51% a 75% |
Profundo |
76% a 100% |
Fuente: Tomado de Barraza (2008).
Para analizar el bienestar psicológico de los estudiantes se utilizó la Escala de bienestar psicológico (BIPSI). Se trata de una escala tipo likert diseñada por Bahamon y Alarcón (2016) de la universidad simón bolívar de barranquilla. Se construyeron 34 reactivos con seis opciones de respuesta donde 1 es totalmente en desacuerdo, 2 en desacuerdo, 3 parcialmente en desacuerdo, 4 parcialmente de acuerdo, 5 de acuerdo, 6 totalmente de acuerdo, a partir de la revisión bibliográfica y se sometió a evaluación de expertos con el fin de analizar aspectos teóricos y lingüísticos. El instrumento también cuenta con las escalas de bienestar psicológico de Ryff, permitiendo evaluar las siguientes dimensiones; autodeterminación, autoconcepto positivo, relaciones personales, desarrollo personal, autorregulación y control, Autonomía.
Tabla 5
Niveles de bienestar psicológico
Niveles de Bienestar |
Escala (puntaje) |
Bajo |
0 - 123 |
Medio |
124 - 171 |
Alto |
172 o más |
Fuente: Tomado de Bahamon y Alarcón (2008).
Los resultados sobre la presencia de burnout en estudiantes universitarios (de acuerdo a la población objetivo seleccionada), muestra en primera medida un 10,67% con nivel moderado del síndrome, y un 0,22% en categoría “profundo” , siendo el género masculino (66,7%) la población con mayor número de individuos con síntomas moderados de burnout, lo que en corto y mediano plazo, los hombres universitarios pueden presentar desestimula a los estudiantes al desarrollo de la carrera, aumentando sus deseos de abandono de sus actividades académicas (Rosales, 2012)
Gráfica 1
Distribución de la categoría “moderado” del síndrome de burnout académico por sexo.
Fuente: Elaboración propia
En cuanto a distribución por rango de edad, se observa una mayor propensión al síndrome en edades tempranas, las edades entre 15 – 20 años (joven adolescente) corresponden a un poco más de la mita de la población (52%) con burnout en categoría moderado, seguido del rango 21 – 35 años (joven mayor) con un 48% (citar autores).
Tabla 6
Distribución nivel de burnout por rango de edad y semestre académico
Nivel de Burnout |
Rango de Edad |
Semestre Académico |
||||
15 - 20 años |
21 - 35 años |
> 36 años |
1 - 3 Semestre |
5 Semestre |
9 - 10 Semestre |
|
No presenta |
- |
- |
- |
16,67% |
- |
83,33% |
Leve |
39,24% |
60% |
0,7% |
37,97% |
23,04% |
38,73% |
Moderada |
52,08% |
47.92% |
0% |
47,92% |
10,42% |
41,67% |
Profunda |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
Fuente: Elaboración propia
De acuerdo a semestre cursado al momento de diligenciar la encuesta, se observa una alta proporción del síndrome a nivel moderado en los primeros semestres (1-3) y los semestres avanzados (9-10), el primero debido en parte al periodo de adaptación de la educación media a la vida universitaria sufrida por los estudiantes, y en el segundo caso, es posible atribuirlo a las altas exigencias de las actividades académicas involucradas en los últimos semestres entre las que se encuentran la opción de grado (tesis, prácticas profesionales, auxiliares de investigación, entre otros), y los procedimientos administrativos que involucran tomar grado en la universidad. Así mismo, en cuanto a la jornada académica a la que pertenece el estudiante, el 77% estudia en jornada diurna para el nivel de síndrome moderado de burnout.
Gráfica 2
Distribución de la categoría “moderado” del síndrome
de burnout académico por jornada académica.
Fuente: Elaboración propia.
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Gráfica 3
Distribución de la categoría “moderado” del síndrome de burnout académico por nivel socioeconómico.
Fuente: Elaboración propia.
Por otro lado, se analizan otro tipo de variables externas a la actividad académica que pueden tener algún efecto sobre los estudiantes en el desarrollo del síndrome de burnout. En primera medida, según su nivel socioeconómico la categoría “moderado” se presenta con mayor frecuencia en estratos 2, 3 y 1 con un 47,9%, 26,1% y 21,7% respectivamente. Adicional a esto, se indago al estudiante si contaba con un trabajo, de estos el 31,9% de la población con síndrome moderado de burnout labora y estudia. Por último, en cuanto a si el estudiante es hijo único, los resultados muestran una proporción del 12,8% en esta condición.
Tabla 7
Distribución nivel de burnout “moderado” por estrato socioeconómico, trabajo e hijo único (%)
Nivel de Burnout |
Estrato Socioeconómico |
¿Cuenta con un Trabajo? |
Hijo Único |
|||||||
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
Si |
No |
Si |
No |
|
Moderado |
21,7 |
47,8 |
26,0 |
4,3 |
- |
- |
31,9 |
68,1 |
12,8 |
87,2 |
Fuente: Elaboración propia
Con el ánimo de profundizar en la relación entre el nivel moderado de burnout presente en los estudiantes universitarios del programa de administración de empresas encuestados, y las variables externas (mencionada con anterioridad), se realizó un análisis correlacional entre estas (ver tabla 5)
Tabla 8
Correlación nivel de burnout “moderado”, nivel socioeconómico, trabajo e hijo único
Fuente: Elaboración propia
Los cálculos muestran una correlación positiva entre el nivel moderado de burnout y las variables trabajo e hijo único, el primero con un nivel estadístico más significativo que el segundo. Se observa entonces, que contar con un trabajo y estudiar administración de empresas aumenta el desarrollo potencial de burnout académico debido a la suma de cargas en las actividades del individuo. Por otra parte, el nivel socioeconómico (de acuerdo a los resultados) no influye significativamente en las sintomatologías del burnout.
Los resultados de la aplicación del BIPSI muestran, en términos generales, un 81,4% en nivel de bienestar “medio”, de los cuales el 56,83% son hombres. Los niveles altos y bajos de bienestar alcanzaron un porcentaje del 14,38% y 4,2% respectivamente, con una mayor representación en el primer caso en las mujeres (52,63%) y en el segundo los hombres (60%). Lo que muestra en el agregado, que gran parte de los estudiantes cuentan con niveles de bienestar aceptables, y que las mujeres, cuentan con mayores niveles de satisfacción, así como lo demuestran los estudios realizaos por Ryff & Keyes (1995).
Tabla 9
Distribución de nivel de bienestar psicológico por sexo (%)
Nivel de Bienestar Psicológico |
% |
% Hombres |
% Mujeres |
Bajo |
4,2 |
47,4 |
52,6 |
Media |
81,4 |
56,8 |
43,1 |
Alto |
14,4 |
60 |
40 |
Fuente: Elaboración propia
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Tabla 10
Distribución de nivel de bienestar psicológico por rango de edad (%)
Nivel de Bienestar Psicológico |
Joven Adolescente (15-20 años) |
Joven Mayor (21-35 años) |
Adulto (> 36 años) |
Bajo |
57,9 |
42,1 |
0 |
Media |
39,7 |
59,2 |
1,1 |
Alto |
35,4 |
63,1 |
1,5 |
Fuente: Elaboración propia
Así mismo la distribución de los niveles de bienestar psicológico por rango de edad, muestra una mayor proporción en la categoría media (nivel con mayor participación en la muestra) de la población “joven mayor”, esto puede considerarse por un mayor nivel de madurez de los estudiantes, sus compromisos laborales (50% en esta categoría, cuentan con un trabajo) y los procesos administrativos y las actividades académicas en los que se incurren en los niveles avanzados de la carrera de administración de empresas (36,9% se encuentran entre 9-10 semestre).
Tabla 11
Correlación nivel de burnout académico y dimensiones de bienestar psicológico
Fuente: Elaboración propia
Por otra parte, la relación entre los estudiantes con burnout académico y las dimensiones del bienestar psicológico, de acuerdo a los resultados de la correlación, son significativos, destaca una correlación negativa moderada estadísticamente significativa entre burnout y autodeterminación mientras que no hemos encontrado correlación estadísticamente significativa entre burnout y relaciones personales, crecimiento personal, autorregulación y control y autonomía.
En primer término, en cuanto a género, los resultados muestran para el caso de los hombres cuentan con una mayor tendencia a sufrir del síndrome de burnout académico, esto en congruencia con investigaciones como Rosales (2012) en donde se identifica que los hombres universitarios desarrollan un mayor nivel de desinterés en sus estudios aumentando el deseo de abandono en sus actividades académicas. En cuanto a las mujeres universitarias, los resultados arrojaron un mayor nivel de bienestar psicológico, así como lo muestra Ryff & Keyes (1995) el género femenino manifiesta mayores niveles de satisfacción en contraste con los hombres.
Por otro lado, en términos generales, los estudiantes cuentan con buena salud mental de acuerdo a las teorías y la medición de bienestar psicológico realizada en la investigación, esto en concordancia con Pérez, Ponce, Hernández y Márquez (2010), quienes también demuestran que la ausencia de algunas necesidades psicoeducativas pueden afectar el desarrollo académico de estudiantes en semestres avanzados, tales como, la falta de orientación laboral previa al terminar la carrera, trámites administrativos, alternativas de titulación y la falta de tutores y asesores en los procesos. En el caso de la presenta investigación, los resultados muestran una mayor tendencia del síndrome de burnout académico en niveles avanzados de los semestres universitarios, sus causas se pueden relacionar con la experiencia internacional expuesta anteriormente.
En cuanto a las dimensiones de bienestar psicológico y su relación con la presencia del síndrome de burnout académico, se observa una correlación negativa moderada estadísticamente significativa, lo que se traduce a que, en el aumento de la sintomatología de burnout en estudiantes, los niveles de bienestar psicológico disminuyen en la misma proporción. Esto en relación con los estudios de Salanova, Martínez, Bresó, Llorens y Grau (2005), quienes afirman que en presencia de mayores niveles de bienestar psicológico en estudiantes se debe en parte a menores estados de burnout.
Por último, se recomienda para este tipo de investigaciones, con el ánimo de profundizar en causas y sintomatologías, tanto psicológicas como clínicas, utilizar otras metodologías con instrumentos multidimensionales con escalas y dimensiones más sensibles para tener mayor y mejores elementos de juicio en los resultados, también se recomienda incluir variables de desempeño académico para observar su relación y efectos sobre la actividad universitaria, el burnout académico y el bienestar psicológico.
Bahamón, M. y Alarcón-Vásquez, Y. (En Prensa). Diseño y validación del instrumento para la evaluación del bienestar psicológico en adolescentes colombianos. Tesis doctoral para optar al título de doctor en psicología, Universidad de Flores, Buenos Aires, Argentina.
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1. Doctor en Administración de Empresas, Universidad Autónoma de Querétaro, México, Administradora de Empresas. Docente de planta tiempo completo Universidad del Atlántico de Barranquilla, Colombia. hileslo@hotmail.com
2. Economistas, Universidad del Atlántico de Barranquilla, Colombia. sadandelacruz@gmail.com
3. Doctorante en Psicología. Psicóloga. Docente investigadora Universidad Simón Bolívar de Barranquilla, Colombia. mbahamon@unisimonbolivar.edu.co
4. Administrador de empresas egresado de la Universidad del Atlántico de Barranquilla, Colombia. Auxiliar de investigación en semilleros de investigación. Julioprzm_414@hotmail.com
5. Contadora Pública, Facultad de Administración y Negocios, Universidad Simón Bolívar de Barranquilla, Colombia. acaceres4@unisimonbolivar.edu.co
6. La Universidad del Atlántico se encuentra ubica en el municipio de Puerto Colombia, Atlántico, Colombia, a 5 Km de la ciudad de Barranquilla.
7. El resto de la muestra se concentra en la categoría “leve”, puesto que existe la posibilidad, de que al momento de diligenciar el instructivo se encontraban en un momento de estrés por diferentes factores (académicas, sociales, económicas, entre otras), más no necesariamente presentan la sintomatología del burnout. Por tal motivo los resultados se concentrarán en las categorías “moderado” y “profundo”.