Espacios. Vol. 27 (2) 2006. Pág. 6

Trayectorias de aprendizaje y dinámicas de resolución de problemas en instituciones latinoamericanas de generación y transferencia de conocimientos científicos y tecnológicos. Análisis de una experiencia de desarrollo de un polo tecnológico (PTC-Argentina)

Learning trajectories and dynamics of resolution of problems in Latin American institutions of generation and transfer of scientific and technological knowledge. Analysis of an experience of development of a technological pole (PTC-Argentina)

Hernán Thomas y Carlos Gianella


5.2. Incubación de empresas

• Descripción del proceso

El proyecto inicial del PTC era crear un parque tecnológico y desplegar acciones de transferencia de Tecnología. Sin embargo, se registraron dificultades para la consecución de un terreno adecuado para la radicación del parque en emplazamientos estratégicamente ubicados.

La incubación de empresas apareció, casi accidentalmente, a partir de una demanda puntual, que, en la práctica, funcionó como una vía alternativa al parque tecnológico para alcanzar el objetivo institucional de generación de emprendimientos productivos e interacción con empresas (no tuvo su origen en la configuración inicial del polo).

Se había tomado contacto con estas experiencias en los viajes realizados a Europa (Italia, España) y, particularmente, Brasil. Se relevó información disponible sobre otras experiencias, pero no se participó de otras instancias de capacitación. Tampoco se adoptó ningún “manual sobre incubación” como rector de la experiencia local.

En rigor, la iniciativa se originó en virtud de una demanda concreta. En 1999 un investigador –perteneciente a un grupo que fabricaba productos de aleación de titanio y de metalurgia de la CNEA- planteó que necesitaba que su emprendimiento fuese incubado. Coincidió esto con la posibilidad de solicitar un subsidio de 50.000 pesos correspondientes a un Plan de desarrollo de la Provincia de Buenos Aires destinado a la generación de incubadoras. Con el subsidio se recicló un edificio y se construyeron módulos para incubar tres empresas 9.

Se evaluaron varios proyectos, sobre una presentación espontánea de candidatos. Se seleccionaron finalmente tres proyectos (tecnología de titanio -materiales; tecnología del color –equipamiento; turbinas especiales) en base a los criterios de: capacidad emprendedora, plan de negocios y disponibilidad de capital propio. El comité de evaluación estuvo integrado por miembros del comité ejecutivo del PTC y un licenciado en administración de empresas.

El proceso de incubación de las tres empresas se inició a mediados de 2000. En junio de 2001 se realizó una primera evaluación de la experiencia (en la que participaron el gerente de la incubadora, el gerente del Polo y la Escuela de Economía y Negocios de la UNSAM). Se observó que en tanto dos de las empresas estaban funcionando bien, aunque con problemas de capital, la tercera no había superado la etapa de diseño y experimentación. Esta firma se retiró finalmente de la incubadora.

En 2001 se evaluaron nuevos proyectos. En esta selección se le otorgó mayor importancia a la capacidad emprendedora que al plan de negocios, porque se consideró que la empresa que no estaba funcionando bien había fallado en este aspecto. Además se decidió un tratamiento más profesional del Plan de Negocios. Se sumaron 3 nuevas empresas (química fina para la industria farmacéutica; desarrollos tecnológicos para la industria de la fermentación; servicio tecnológico y equipamiento de medición de estado de ductos).

Las empresas incubadas recibieron un espacio, asesoramiento en la gestión de fondos (búsqueda y relación con socios), en la búsqueda y relación con los clientes, en contratos y negociación. Pagaban un alquiler de 200 a 400 pesos mensuales. Un Licenciado en Administración de Empresas (en un principio pasante) de la Escuela de Economía y Negocios que había realizado cursos en la AIPyPT asesoraba estas empresas.

A fin del 2002 se realizó una evaluación de los proyectos y un cierre del primer proceso de incubación. Se realizó un acto de graduación de las empresas incubadas, 5 de las 6 fueron aprobadas. Las empresas participaron del proceso de evaluación. Su consentimiento era un requisito clave para finalizar la experiencia después de 2 años de incubación.

En 2003 se inició una nueva etapa de incubación de empresas de base tecnológica. El INTI cede un espacio al lado del anterior pero sin reciclar. Esta vez se plantearon requisitos más exigentes en evaluación de los proyectos: capacidad emprendedora, plan de negocios, relación explícita a través de un convenio, contrato, de esas empresas con los Institutos del PTC y realización de una inversión inicial (en principio para reciclar el nuevo edificio, pero también como un indicador de compromiso). La Escuela de Economía y Negocios de la UNSAM participó de la evaluación de proyectos. Los contratos serían a 2 años con la posibilidad de renovar por uno más. En esta oportunidad se le otorgó particular importancia al proceso de pre-incubación (acompañamiento del emprendimiento hasta que se inicia la etapa de puesta en marcha del proyecto). Se seleccionó un proyecto de producción de medicamentos para el tratamiento del SIDA.

Por otra parte, en marzo de 2003 se realizó una convocatoria de Proyectos Productivos (internos del PTC) a la que se presentaron 23 postulaciones. La convocatoria se hizo a través del sistema de la UNSAM, del que participan todas las instituciones del PTC. Se presentan proyectos de CITEFA, con CNEA, sólo de la UNSAM, en conjunto CNEA-CITEFA-UNIVERSIDAD, de la Escuela de Ciencia y Tecnología. En esta oportunidad se evaluó: plan de negocios, capacidad emprendedora y desarrollo tecnológico.

Una evaluación de la experiencia de evaluación de proyectos había mostrado que se perdia mucho tiempo evaluando a todos los proyectos en paralelo para arribar a una conclusión al final. Se decidió entonces armar una metodología donde entraran todas las presentaciones y se fueran descartando en el camino, al no pasar algunos filtros. Esto permitió que todos los proyectos presentados recibieran una respuesta técnica. A los que les faltaba desarrollo tecnológico se los orientó en la búsqueda de fondos para desarrollo. Otros necesitaban desarrollar un estudio de mercado. Otros, no tenían resuelto aspectos institucionales clave.

Se seleccionaron inicialmente dos proyectos (tres más fueron considerados con alto potencial e incorporables en el futuro, dos requería de un estudio de mercado para terminar el desarrollo tecnológico). Las empresas generadas mediante el plan de Proyectos Productivos son socias del PTC y deben realizar inversiones propias. La UNSAM dispone de un capital de 100.000 pesos por año para solventar estos emprendimientos, a partir de recursos del FONTAR.

Finalmente, se seleccionaron tres proyectos: insumos para laboratorio; recuperación de metales pesados de pilas; filtros de cerámica para la industria. Actualmente se está en la etapa de firma de contratos para la conformación de las empresas. Los apoyos a cada proyecto son diferenciados, según sus necesidades y planificación del desarrollo (apoyo financiero, capacitación, recursos humanos).

Se encuentra en implementación una nueva versión de los Proyectos Productivos UNSAM-PTC. Se ha diseñado un sistema de convocatoria más formal que los anteriores. La novedad principal consiste en un curso de asesoramiento de los potenciales emprendedores denominado Guía Operativa del Programa Proyectos Productivos. El objetivo es que los emprendedores aprendan cómo funciona un proyecto productivo y, al finalizar el curso, realicen un auto-diagnóstico de su idea-proyecto.

Generar emprendimientos a partir de investigadores del PTC y de la UNSAM es diferente a hacer una incubadora como política pública para promover emprendimientos. Este proyecto apunta a desarrollar no sólo nuevas empresas, sino una nueva cultura dentro de la UNSAM y las instituciones del PTC que promueve la generación de proyectos / innovaciones productivas entre sus miembros. El siguiente cuadro tal vez permita ver algunas de las principales diferencias entre los proyectos de Incubación de Empresas de base tecnológica y desarrollo de Proyectos Productivos.

• Análisis de la trayectoria

a) Aprender evaluando

En la actividad desplegada en torno a la incubación de empresas de base tecnológica se generaron aprendizajes diversos. Una parte sustantiva de estos aprendizajes se hizo explícita mediante procesos de evaluación. Así, se generaron nuevos criterios de evaluación de proyectos, se concibieron nuevos requisitos iniciales, se generaron mecanismos de seguimiento y monitoreo de las iniciativas, se diseñaron formas de operación y gestión y se advirtió la importancia estratégica de las fases de pre-incubación.

En el plano de los criterios, se percibió la relevancia de la explicitación inicial del grado de compromiso e interacción de los proyectos con las instituciones del polo. La evaluación de las primeras experiencias llevó a la inclusión del criterio como un factor clave en la elección. Otro de los requisitos, la integración del capital inicial con capital aportado por el solicitante de la incubación, permitió evaluar claramente el nivel de compromiso del solicitante respecto de su propia iniciativa.

Tal vez el aprendizaje más significativo se haya generado en dos planos complementarios, respecto del propio papel del polo como agente de incubación de proyectos: por un lado, la necesidad de profesionalizar la gestión e incorporar capacidades y divisiones técnicas de gestión y planificación (manteniendo la elasticidad general de la iniciativa); por otro, el diseño de los Proyectos Productivos internos como una forma de cambio cultural del polo y sus instituciones integrantes.

La elasticidad institucional tiene como contrapartida la posibilidad de realizar diferentes niveles de interacción. En principio, toda idea que parezca pertinente dentro del marco general de favorecer la articulación interinstitucional y fortalecer el Sistema de Innovación es sometida a consideración. El potencial de interacción ocupa así un lugar central en la decisión de los mecanismos a poner en juego: cuanto más cercano sea el proyecto a las instituciones, mayor y más diverso será el apoyo; cuanto más lejano, el apoyo tiende a restringirse a tareas de asesoramiento. Pero en todos los casos la actitud es positiva. Cualquier proyecto asociativo, innovador, cualquier idea de interacción entre investigación y producción recibe apoyo institucional. La conceptualización de sistema de innovación orienta la gestión y las concretas prácticas socio-institucionales como un balizamiento de las acciones.

Dentro de este planteo general en términos de dinamización del SNI, una de las orientaciones rectoras de las experiencias de incubación fue la formación de actores e interlocutores. Como veremos en el punto siguiente, la incubación de proyectos tecnológicos no se restringe a la idea mecánica de albergar empresas, sino la de generar diversos niveles de sinergismo, tanto en el plano intra como inter-institucional.

b) Aprender aprendiendo

La dinámica de aprender aprendiendo (learning by learning) explica una parte sustantiva del proceso de toma de decisiones y redireccionamiento de la gestión. Los aprendizajes generados en alguna instancia se recrearon en otras posteriores, y se incorporaron al bagaje conceptual y normativo de la institución.

Desde la perspectiva de cambio cultural, la experiencia es entendida como la creación de algo inexistente en el país: “la creación de una cultura de innovación productiva”, tanto a escala micro-institucional como en términos de dinámica macro, a escala del SNI argentino. “Vamos aprendiendo como es el SNI y simultáneamente lo vamos haciendo. Aprendemos cuando algo no funciona, cuando algo que nos propusimos llega a funcionar a partir de varias cosas que no funcionaron, evaluamos, cambiamos” planteó uno de los entrevistados.

La experiencia acumulada llevó a un cambio de concepción de los papeles institucionales, en la experiencia de los Proyectos Productivos. En la literatura sobre incubación normalmente se recomienda un orden cronológico, primero se enseña a hacer un plan de negocios a los potenciales emprendedores, luego se evalúa el plan de negocios y finalmente se implementan los aprobados. Los asesores del PTC, en cambio, intervienen en la toma de decisiones de etapas “previas” a la elaboración del proyecto (por ejemplo se guía en la elección del desarrollo tecnológico) de los investigadores-empresarios. Se forma al investigador-empresario para que pueda interactuar con los grupos de economistas o de investigación de mercado para mejorar su trabajo. Cuando el proyecto llega a explicitarse como un plan de negocios, no es evaluado, en realidad el acompañamiento en la gestación exime la evaluación. Así, la experiencia del PTC, a través de un continuo proceso de learning by learning se fue alejando paulatinamente de la “letra” de los manuales de best practices, generados a partir de la experiencia y/o la reflexión normativa de terceros.

En el plano institucional, este aprendizaje se refleja en la gestación de múltiples formatos de filiación institucional para los proyectos productivos. Por ejemplo, hay formatos específicos de la incubadora del Polo, la UNSAM tiene una estructura para gestionar proyectos productivos dentro de la universidad a través del Programa Universidad-Empresa (PUE). Hay también formatos mixtos, donde la UNSAM tiene cierto porcentaje de las acciones y el empresario el resto.

Finalmente, es de notar que las acumulaciones generadas permitieron la gestación de otro tipo de proyectos: la incubadora de base social. La experiencia se gestó como respuesta a la crisis social y económica a partir de fines de 2002. Participan la UNSAM, otra ONG italiana (que consigue financiamiento) y la Municipalidad de San Martín. Se realizó un proceso de pre-incubación de un año y medio. A mediados del año 2004 se inició la incubación de las empresas, utilizando un edificio cedido por la Municipalidad de San Martín. En la actualidad se están incubando 20 empresas de base social.

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